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miércoles, 30 de noviembre de 2016
lunes, 28 de noviembre de 2016
domingo, 27 de noviembre de 2016
Ricos e Pobres - Me enamoro de ti
“Me enamoro de ti” es la canción más popular de “Ricos y pobres” y la que más gusta a todos, ¿porque? Tiene una rima alterna que agrada: salida-perdida, amarte-partes, manía-mía, etc. Tiene una letra bien expresiva y poética que ayuda a declarar intimistamente el amor. Al principio se revela un amor obsesivo de un hombre (o mujer) poseído, que escucha voces, que sueña y que le urge exteriorizar sus sentimientos obstinados. Pero luego más que poseerla, se evidencia que lo que el enamorado quiere es más que todo el disfrutar su compañía, la sensación del verano, la dulzura, la poesía que le rodea. Aunque alegre e intoxicado de amor, se desespera porque no es correspondido, porque no debe de quererla y hallándose frustrado, en esos estados de ánimo de frenesí y desilusión maldice su suerte. Sí, es puro enamoramiento, cuando el mundo se trastoca y el sol brilla más, cuando se pasa del arrebato a la pena por la añoranza del objeto de su pasión. En este proceso psicológico la inteligencia y la razón huyen por la ventana.
jueves, 24 de noviembre de 2016
El peor enemigo de un peruano es otro peruano.
Recuerdo que Augusto Ferrando, un día hizo un
comentario en el programa ‘Escalera del triunfo”, antes de la prueba del “Palo
encebado”, donde un participante tenía que subir por un palo engrasado para
ganar un premio. Ferrando comentó que en los Estados Unidos cuando una persona
quiere subir para alcanzar una meta, los demás lo empujan para arriba, para que
suba. En cambio, dijo Ferrando, en el Perú al peruano que lucha para subir todos lo jalan hacia abajo para que fracase.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
Chullo III
Chullo III
Cuando niño miraba las seriales de vaqueros en la televisión y me
apenaba que los soldados mataran a los indios y me alegraba cada vez que ellos mataban
a un soldado. Yo no era blanco, no tenía el pelo rubio ni los ojos azules. Y mi
piel tenía el color de indios comanches o los siux. Y mataban bastantes indios
en las seriales, cada disparo de rifle era un indio muerto. ¿Cómo iba a simpatizar
con esas muertes? Veinte años después Chullo me contaba que sentía lo mismo que
yo, cuando veía la tele allá en su pueblo de Chillca.
-Es
que tu tienes alma de indio pero corazón de misti. Me describió Chullo.
-El
indio es aguerrido, es bravo, colérico y vengativo.
No lo
refute, entendí que sabía más de la naturaleza del indio que yo.
Estábamos ensayando algunos huaynos en la casa de Palomino en la Corporación
del Agustino. Nos animamos a practicar juntos desde que un día Chullo saco su
quena en el Centro Folclórico del Magisterio, Charango desenfundó su charango,
Chara su quena, Elisa su mandolina, Nina su voz
y yo mi guitarra. Luego se integraría Palomino, “el director” y
Manuelcha. Nos placía reunirnos casi
cada domingo a comer, conversar y tocar juntos.
Al principio era difícil ensamblar un huayno con Chullo. Palomino, quien
había estudiado música clásica y tenía
formación académica, determinó que había una fracción de tiempo que Chullo se
“comía” y hacia que perdiéramos el “tempo”. Muchas veces tuvimos que repetir
una canción para tratar de establecer el ritmo correcto. Pero no podíamos
cuadrar el tiempo de la frase. Era como si un suspiro se le escapara a Chullo,
una honda respiración que tomaba su curso y alargaba la melodía fuera del
tiempo regulado por el metrónomo. Cuando Chullo tocaba entraba en trance y su
ojo bizco se volteaba y el ojo bueno orbitaba todo el globo ocular. No tuvimos más
que aprender, los “académicos”, a tocar la música ancestral como la tocaba
Chullo, con otro tiempo, no con el occidental sino con el nuestro.
Terminado el ensayo nos dirigimos a la fiesta de San Jerónimo de Tunan
donde fuimos invitados. Nos bajamos en el kilómetro 26 de la Panamericana Norte.
Caminando escuchamos a lo lejos unos violines que gemían dulcemente. Sus notas
se transformaron en aves que revolotean y se posaban en la copa de los árboles. Era el claro
indicio que estábamos frente al local de San Jerónimo de Tunan.
Ya dentro, la tierra aplanada y dura temblaba bajo nuestros pies... al
ritmo constante, de los bajos del arpa cuyos túm-tum-túm-tum resuenan como
sordos tambores indígenas.
Estábamos parados al costado de la cancha y Chullo chilla.
-¿Y a qué hora tocamos?
Su risa de vizcacha hace juego
con su cara prieta de “huaco retrato” pero detrás de sus gafas gruesas de carey
negro, de lunas verdes, su ojo izquierdo de vidrio, ojo de pez, enrumbaba para
cualquier lado. Su cabellera era un escobillón de pelo duro y grueso de crin de
caballo indómito.
-Tenemos que esperar a Chara- le dije
Estábamos Charango, Palomino, Chullo, Manuelcha, Elisa y Nina. A
nuestra derecha nos daba sombra una
pared de cajas de cerveza, ¿trescientas? Eran las doce y ya la gente, desde los
cuatro costados del canchón empezaba a beber.
Luis Gutiérrez nos vio y apurado vino hacia nosotros, todo agitado.
Vestía un terno plomo a rayas al que le hacía falta más cuerpo para llenarlo,
por eso le decían “alma calata”.
-¡Hola hermanito! Gracias por haber venido- dijo Luis.
-No te preocupes. Aquí he venido con mis amigos.
-Que bien hermanito. Ahorita les traigo una cajita para que se
refresquen.
-Si porque ya me estoy asando- exclamo Palomino.
Luis era un mayordomo de la fiesta. A punta de trabajar y ahorrar un año
había podido contratar a la orquesta y
con las justas, poner cien cajas de cerveza. Así que nuestra
participación en la fiesta era “ad-honorem”. Pero el huancaíno se portaba bien.
(De allí nos llevó a su casa en Comas y seguimos tomando y comiendo...)
-Oye Chullo, ayer te vi tocando en el microbús que va por la Avenida Wilson.
Te pase la voz y ni bola me diste-comentó Palomino.
Chullo solía subir a los ómnibus y microbuses donde tocaba su quena y vendía
cancioneros.
-Disculpa hermanito, estaría distraído, no fue mi intención
menospreciarte- Dijo Chullo mientras le apretaba el hombro.
-Y eso que te iba a comprar un cancionero- replicó Palomino en son de
sorna
-No te preocupes hermanito, aquí tengo uno si quieres. Y Chullo lo miro
de reojo, con sorna, mientras buscaba el cancionero.
-¡No, no, no, está bien!- refuto Palomino azorado y riéndose todos.
Arriba, el sol de la una no daba tregua. Parecía que se había acercado más
a la tierra. La orquesta típica del centro empezó a tocar mulizas y las parejas
salían a bailar. Los cholos llevaban
"ternos de fuerza", avejentados de años con sacos que no les cerraban.
Casi no podían levantar los brazos y la
corbata les ahorcaban. Se les veían incomodos. Con rostros adustos, los cholos
guiaban en el baile a sus parejas, mujeres de anchas caderas y recias espaldas
con blusas de encajes, faldas largas y zapatos negros de tacones anchos. Y arriba, el sol que seguía sin dar sombra.
La música huancaína se mezclaba con el olor y el humo azulino que
brotaba de las pachamancas y parrilladas que se cocían al otro lado del canchón
¡qué buena combinación! Y la seguidilla de Huaylas, pasacalles y toriles no tenían
fin. En las orquestas típicas del centro, los saxos son los que más se lucen.
Su color áureo encandila y sus 22 llaves, como yemas metálicas fundidas a los
dedos del ejecutante, abren una policromía de sonidos con ribetes de quejidos
grávidos y agudos, como una queja vívida y doliente, seria y sufriente,
resignación y reclamo al mismo tiempo, como es el espíritu del hombre
huancaíno. Su sonido imita el canto de las cornetas indígenas hechas de caña.
A los músicos se les debe de atender bien y nunca les debe de faltar
cerveza. Así como se les trata así mismo tocan. Un saxofonista alto y con
bigote, gordo y con barriga, inflando los cachetes tocaba parado, en trance,
con los ojos cerrados, extasiado, sudando a mares. Al lado suyo, un poco más
atrás, un niño de, quizás cuatro años, imitaba el estilo de tocar de su padre
con un saxofón amarillo de plástico. Su madre, más atrás, atenta, sonreía
complacida, y con las palmas, alentaba la actuación de su hijito.
Las horas pasaban y ya eran las cuatro de la tarde. Nos habíamos bebido cuatro cajas y media. Y ya hablábamos todos al
mismo tiempo, con la lengua acolchonada mientras nos pasábamos las botellas.
Alrededor, la gente comía, otros bailaban, otros bebían, otros bailaban
mientras bebían. El olor de la pachamanca aderezado con ajos nos llegaba
potente a la nariz y nos picaba; la fragancia de la pimienta, el comino harto y
el huacatay molido a batan limpio se mezclaba con el aroma de la cebada y nos
envolvía con su humo azulino dando forma a un incienso humano de cuerpos,
almas, música, comida, sudor, alegría y risas. Lucho nos abrazaba,
tambaleándose, y juntos y abrazados todos hablábamos, ¡hermanito! mientras nos
dábamos cabezazos unos a otros.
Hasta que de repente se escuchó la melodía del “Yo soy huancayno” y
Lucho al instante comenzó a cantarla al estilo “Picaflor de los Andes”, nasal,
tensando las cuerdas vocales, constriñendo la garganta, hinchando las venas,
pero a la vez cantando claro, quejumbroso, orgulloso y valiente. Todos le
hicimos coro, “conózcanme bien, amigos míos” Si era una fiesta huancayna, donde
toda la pujanza, laboriosidad y alegría de una raza se translucía. Solo te
basta recorrer el valle del Mantaro, con sus innumerable pueblos, cada cual con
sus propias costumbres e idiosincrasia. Tanta diferencia hay que puede
distinguirse en la forma y el estilo de llevar el sombrero. Y allí estábamos,
en la fiesta de San Jerónimo de Tunan, como hace ciento de años, con la misma
gente y el mismo espíritu.
Nos retiramos como a las diez, y nos fuimos a la casa de Luis. Allí
estuvimos como hasta las cuatro de la mañana junto con su esposa canteña. Bien
parece que lo aceptaron dentro del circulo canteño mas que todo porque era
huancaíno, aunque pobre. Los padres de Leonor eran ganaderos y tenían tierras
en las partes altas. Al final, Chara del Cuzco, Chullo de Arequipa, Palomino de
Ayacucho y yo terminamos cantando “somos huancaínos por algo”…
martes, 22 de noviembre de 2016
EMMANUEL "BELLA SEÑORA"
La canción “Bella señora” fue incluida en el álbum “Vida”
que Emmanuel produjo en 1990. Es uno de los más vendidos y que afianzó su
carrera de artista.
sábado, 19 de noviembre de 2016
Ayudadme. Camilo sesto...
Camilo Sesto es el autor de este
tema y muchos otros éxitos que graba desde los setenta hasta fines de los
noventa.
Generalmente Sesto es el compositor, productor y
arreglista de sus propias canciones.
"Ayudadme" viene a representar una canción
con un corte existencial, donde expresa la duda del hombre actual ante la
fragilidad y el sinsentido en que se ha tornado la vida. Perdida los vínculos
con el mundo, con el prójimo, con los anhelos de la existencia, el amor nos
ofrece, quizás, el último o el único lazo para atarnos a la vida.
lunes, 14 de noviembre de 2016
James Blunt You're Beautiful
Tú eres hermosa
James Blunt dijo en una entrevista que el escribió
esta canción al ver a su antigua enamorada con otro hombre en el metro de
Londres. El no sabía que ella ya tenía otro amor. Dice que en ese momento sus
miradas se cruzaron y toda la vida de ambos las compartieron en ese instante.
sábado, 12 de noviembre de 2016
Cecilia X
¿Qué se siente besar a un espíritu? Se siente
maravilloso. Todo mi ser empezó a vibrar tenue, como cuando un cascajo cae en el
agua quieta de un lago. Una corriente eléctrica de baja intensidad recorrió mi
cuerpo desde los labios, pasando por el cerebro hasta los pies mientras una luz
blanca y brillante inundó mi mente y salió por los poros de todo mi cuerpo.
Mi hermana me llama un día.
-Hermano, quiero hablar contigo. Debo de ayudarte a
aclarar cosas que no ves correctamente.
-Está bien. Dime
-Hable con Cecilia y me cuenta que sigues tratando de
comunicarte con ella.
- …..
-Estas equivocado en lo que sientes por Cecilia. No es
amor sino una obsesión. Es difícil que lo entiendas así. Ella viene a ser lo
que se llama tu primer amor, que nunca tuviste pero en tu mente la convertiste
en tu enamorada. Nunca fue tu novia ni será nunca tu esposa. Y todo eso ahora
lo fantaseas y ya llevas años en esta idealización de un romance que nunca ocurrió.
Lo único que tienes son sueños, constantes sueños acerca de ella. Y tus sueños
se alimentan de la esperanza que tienes de encontrarte otra vez con ella y
comenzar una relación. Todo eso es ingenuo. Y lo peor es que no te permite
tener una relación real. Y cuando tienes alguna, lo que haces es compararla con
Cecilia y haces fracasar cualquier relación. No es sano lo que haces.
-Es verdad lo que dices. Pero, ¿Qué malo es tener un sueño?
¿No todos lo tenemos? Diferentes pero sueños al fin.
-Pero ese sueño que tienes no te deja vivir.
-Al contrario, me ayuda a vivir.
-Vivir solo, sin haber formado una familia, sin una compañera
para compartir la vida no es vivir.
-Tampoco es vivir el estar con una persona que no
quieres.
-Que ganas queriendo a Cecilia si no puedes vivir con
ella. ¿Qué esperas, que ella termine su matrimonio y viva contigo? Eso nunca va
a pasar. Y si llegara a ocurrir habrá pasado los mejores años de tu vida.
-¿Crees que no he tratado de estar con una chica? Fracaso
no porque la compare con Cecilia sino porque quiero borrar su recuerdo con otra
chica y es peor porque me hace recordarla más y me siento más mal porque causo desilusión
en esa persona.
-¿Qué piensas hacer?
-Si he de olvidar a Cecilia será porque mi corazón dejará
ir su recuerdo. Y entonces miraré para otro lado.
Hablar con mi hermana me puso
triste. Pero yo amo a Cecilia aunque parezca obsesión. Lo
que más me apena cuando pienso en ella es que no es feliz porque siento que
ella sufre. Y estoy seguro que si supiera que es feliz me conformaría. Cada vez
que amanece el día la incluyo en mis plegarias y deseo que este bien y feliz
con su familia. Y nunca dejaré de desearle lo mejor. Así ha sido a través de
los años y así será por siempre.
martes, 8 de noviembre de 2016
Chullo II
Chullo era
fuerte, tenía que serlo. En Chillca, su pueblo, el frio era moneda corriente al
pie del Ausangate, pico de más de seis mil metros en el Cuzco. Tenía que serlo,
en su comunidad de pastores de llamas, el frio es lo que te abriga. A tierna
edad tiene que subir a la puna para pastear a los auquénidos, guarecido solo en
una choza de piedras, ramas e ichu. Tiene que ser fuerte para subir al
Colkepunku como ukuku y bajar hielo para ofrecer al Cristo de Qoyllurit’i. Tenía
que serlo porque cuando nació Chullo, el Señor se llevó veintinueve
angelitos... quienes murieron de gripe ese año.
Santa lucia-Miguel Rios
La voz bronca e intensa expresa el apasionado carácter
de Miguel Ríos que nos hace solidarizarnos con el mensaje de su canto, con la expresión
de sus ideales. Por eso no alejamos “de la tranza y la prostitución” de los
valores y hacemos las cosas que amamos “a todo pulmón” y nos aconseja “sueña
cantando, vive soñando el nuevo sol en que los hombres volverán a ser hermanos”.
Miguel Ríos Campaña nació en Granada, España el 7 de
junio de 1944. Es uno de los pioneros
del rock en su país. Grabo temas
populares como “Himno a la alegría”, “El rio”, “Santa Lucia”, “A todo pulmón” y
muchos mas.
domingo, 6 de noviembre de 2016
Cecilia IX
Muchas veces en la vida suceden cosas contrarias a lo
que esperamos, hagamos lo que hagamos, las cosas se manifiestan siguiendo un
plan, no el de nosotros.
Extrañaba tanto a Cecilia que quise comunicarme con
ella a través de los sueños, como lo hacía antes. Me dormía pensando en ella.
Llamaba su nombre en la frontera de la vigilia. Pero no venía, no venía.
Una noche me sumergí en mis sueños. Me vi en un amplio
patio de escasa luz. La vi caminando con su hermana. La seguí y la pude separar
de ella. Me acerqué dispuesto a hablarle. Sin decir una palabra me dijo que tenía
que hacer. Caminamos lado a lado por la calle Capón donde un montón de
bicicletas, cargadores y gente con paquetes transitando nos atropellaban al
caminar. Tuvimos que andar en hilera hasta que encontramos una escalera. Subimos
a un primer nivel y encontramos calles más anchas por donde corrían omnibuses rojos
de dos pisos. Me dije que estábamos en Londres. Andando llegamos a la Plaza
Trafalgar que me recordó a la primera cuadra del Paseo de La Republica. Nos
sentamos y sin mirarme me habló:
-¿Por qué me llamas?
-Te quiero y sé que tú también me quieres. Quería
verte, saber de ti.
No es posible vernos.
-Pero, ¿ni en sueños?
-Ni aun en sueños porque los sueños repercuten en la
realidad. Para ti es fácil porque no tienes a nadie pero yo tengo un compromiso.
Le cogí la mano.
-No es justo que ni aun en sueños te pueda amar.
-No
es cuestión de justicia, es cuestión de sacrificio.
Le había cogido la mano pero no me miraba,
miraba el horizonte, el cielo y el suelo pero no mis ojos. Me acerque más a
ella, no se movió. Despacio aproximé mi rostro, mis labios buscaban sus labios.
A un instante de besarla, sus ojos miraron los míos. En ese instante conocí de
su dolor, su sufrimiento, angustia y temor. Pero también supe de su amor, de
sus ansias de querer y ser querida, de ser feliz y vivir una vida que no había vivido
hasta ahora. Cuando mis labios se juntaron con los de ella, cerró sus ojos. Y sentí
como si hubiera besado a un espíritu.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Cecilia VIII
Los
sueños que tuve de Cecilia impactaron dulcemente mi vida emocional y me
hicieron feliz. Pero también me trajeron tristezas.
¿Debería
de seguir creyendo en los sueños? Einstein declaró que la Teoría de la
relatividad fue inspirada en una serie de sueños que tuvo. Mendeleev concibió
la tabla de los elementos químicos por un sueño. Neils Borh desarrolló el
modelo del átomo basado en un sueño. Y el personaje que más recuerdo que
adivinaba sueños fue José, el personaje de la biblia quien interpretó los
sueños de un Faraón. Entonces, pensé, los sueños no son ni buenos ni malos de
por sí, sino lo que debemos de esperar del futuro, el cual tenemos que aceptar.
Me fui de mi país para olvidar. Y a pesar de la
distancia que me separaba de mi centro, mi norte siempre estaba al sur, adonde
volaban todos mis sentimientos.
Un día mi hermana me llamó
-¿Cómo
estás?
-Bien,
¿y tú?
--Bien
también. ¿Sigues pensando en Cecilia?
-Bueno….sí.
-Te
voy a contar algo. Cecilia habló conmigo. Me preguntó por ti, que como estabas.
-Quiero
contarte algo que a nadie he contado. Me dijo.
-Talvez
te sorprenda que te diga que siempre he estado enamorada de tu hermano. Desde
colegiala. Me alegraba verlo con su cara de pajarito malherido y su cabeza de
Astroboy.
Pensé
que me estaba jugando una broma pero prosiguió.
-Yo
le daba señas de que me gustaba pero nunca las entendió. Me gustaba mucho
bailar con él, sentirlo junto a mí, agarrando temblorosamente mi mano. Pero no
me hablaba. Mis amigas lo llamaban “el mudo”. Hubiera querido ser su enamorada
pero no sabía si sentía lo mismo por mí. Así que acepté al que hoy es mi
esposo. Pero no lo olvidé. Era la ilusión de mi juventud.
Cecilia
me dijo que cuando tú quisiste hablar con ella estaba pasando por malos
momentos. Y se pusieron las cosas peor cuando su esposo leyó el poema que le
mandaste. Se puso furioso y le echó la culpa a ella.
-Yo
nunca le di ningún motivo para que desconfíe de mí. Y echarme la culpa de haber
provocado a tu hermano fue bien injusto. Pero él es así, celoso sin motivo. Se
pone celoso cuando en las fiestas alguien me saca a bailar. Y me cela hasta con
mis tíos. Cuando tu hermano se acercó no creí en sus intenciones, y pensé mal. Pero
sus poemas los sentí sinceros y me hicieron pensar que podía existir alguien
que me podía querer de verdad. El día que vi a tu hermano me dijo que yo
guardaba un secreto, que sabía que yo tenía un secreto por un sueño que
tuvo. No sé cómo pudo saberlo o talvez
solo lo adivino. Porque si, tenía un secreto, el que te estoy contando. No soy
feliz con mi esposo. Soy esposa y madre pero siento que no soy yo. Varias veces
he hablado de separación con mi esposo. Hasta me he ido de casa dos veces pero
he vuelto cada vez que me prometía que iba a cambiar. Pero después de un tiempo
las cosas volvían a ser las mismas. Fíjate que yo misma no cumplo con mis
promesas. Me pongo una fecha límite para separarme definitivamente pero no la
cumplo.
-Debe
ser difícil-le dije.
-Es
una gran responsabilidad disolver una familia, aunque creo que podría ser lo
mejor para mis niños porque ya no verían las peleas continuas de sus padres.
Pero tampoco quisiera que pasen penurias y que no tengan la figura de un padre
en sus vidas. Talvez sea más fácil la separación cuando sean adolescentes.
También
hay otros motivos que hacen difícil el sepárame Al principio de mi matrimonio
mi esposo era bueno, me trataba bien y me daba muestras de consideración. Pero
después de los primeros años fue cambiando poco a poco. Se hizo
insensible, demandante, frio y seco, aun con sus hijos. Creo que pensar que él
pueda volver a ser como antes me hace mantener mi matrimonio. Tengo la ilusión
de que me vuelva a tratar como antes lo hacía. También algo en mí se rehúsa a
separarme: no me gusta aceptar la derrota. Eso sería aceptar que me equivoqué.
Por eso me esfuerzo. Renuncio a veces pero vuelvo a luchar por mi familia. Lo
curioso es que lo de tu hermano, a pesar de los problemas que me trajo, ha
ayudado a que mi esposo me trate mejor. Es como si se hubiera dado cuenta que
yo valgo mucho para alguien más y debe de cuidarme.
-Me
alegra mucho que salga algo bueno de algo tan malo –le dije y le desee buena
suerte.
Sentí un alivio al saber que Cecilia estaba bien.
También sentí algo dulce al enterarme que también me había querido, como yo a
ella. Pero me entristecí al darme cuenta que toda mi vida había sido un tonto
por no expresar mis sentimientos. Y algo me confirmaba, que Cecilia nunca
dejaría su matrimonio. Cecilia era de aquellas mujeres que se casan una vez en
la vida, para siempre, por más mal que le esté yendo. Y aunque ella supiese que
yo la quiero, mis palabras jamás llegaran a sus oídos.
Entonces tuve otro sueño. Soñé que andaba por un
camino en medio de un prado. El camino llegaba a una casa de dos aguas. Toqué
la puerta y me atendió una empleada. Abrió la puerta de par en par y pude ver a
Cecilia, al fondo de una habitación, con un vestido largo hasta el suelo. Me
miró un instante y luego lentamente su mirada la dirigió a un hombre que estaba
sentado a su lado. Era su esposo.
Supe
entonces que yo había ido a su casa por ella, para que se fuera conmigo. Pero
su mirada triste y abatida me decía que se quedaría con él para siempre.