Escuché esta canción de la Sonora Matancera a comienzos de
los sesenta. Yo era un niño y me gustó la canción por el estribillo: lalalalalala,
lalalalala, lala, y porque contaba que Margarita iba a la fuente y lalalalalala,
lalalalalala, lala. No entendía el resto de la letra.
Ahora que escucho la canción con
detenimiento, no era tan inocente pues Margarita iba a la fuente, que es un
lugar apartado y que generalmente estaba en el campo, donde hay flores,
arbustos y árboles, ósea, un lugar para pasarlo a solas o con alguien. Margarita
pasaba horas por allí y regresaba contenta por algo que veía o le pasaba allí. Después,
aunque personajes importantes la pretendían, ella la pasaba llorando y ya no
iba a la fuente. Algo malo le pasó a Margarita pues la gente murmura. Y lo que redondea
la idea que Margarita tuvo un desliz desafortunado es indicado cuando la letra
cuenta que “de las niñas bonitas brotan nardos y jazmines”, quiere decir que de
ellas nacen, metafóricamente, seres vivos.
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