«A Day In The Life»
presenta dos perspectivas diferentes sobre el escapismo y sus deficiencias.
John Lennon y Paul McCartney comparten historias de sus experiencias
cotidianas; representan a dos narradores que hablan de vidas emocionales
diferentes. El título de la canción anima al oyente a suponer que estas
historias representan un día típico para cada uno de ellos. Los acontecimientos
y el tono de estas experiencias difieren mucho, pero retratan un tema
unificado.
Las ideas de Lennon
encarnan lo extremo. Sus versos plantean grandes. Lennon pregunta sobre la
vida, la muerte, la insignificancia y la pérdida. Pregunta cómo se puede
sobrevivir bajo el peso de la realidad, cómo se puede seguir adelante sabiendo
las atrocidades del mundo. Aborda la vida de frente, leyendo voluntariamente
las noticias y negándose a mirar hacia otro lado cuando los demás lo hacen. Las
sencillas observaciones de Lennon cobran más peso cuando se combinan: «Se voló
la cabeza en un coche... Nadie sabía con certeza si era de la Cámara de los
Lores». «Me encantaría excitarte», exhorta. Este tono contrasta enormemente con
el carácter sencillo y conciso de su voz anterior. Canta el estribillo de la
misma manera, para que el oyente sepa quién ha encontrado la solución. Presenta
esta solución no a sí mismo, sino al oyente que ahora sufre su propia
condición. Y la solución es sencilla: drogas. Excítate, oyente, y olvídate del
mundo. El cambio musical antes del estribillo indica el cambio de mentalidad. A
medida que la voz de Lennon sube, el piano acelera, y ambos conducen al eslogan
y a la locura orquestal que le sigue. Cada miembro de la orquesta toca de forma
coherente o incoherente, según le plazca, simplemente escalando desde la nota
más grave a la más aguda. El sonido resultante sirve como representación
auditiva de los clímax y la desorientación de un viaje de ácido: la vía de
escape elegida por Lennon.
McCartney responde
a la intensidad de Lennon con una historia que parece mundana. En lugar de
vivir y afrontar la vida mediante un escape mental sintético, McCartney opta
por evitarla siempre que puede desde el principio. No se enfrenta a las
noticias, ni a la guerra, ni siquiera se enfrenta al día hasta el último
momento. El efecto de sonido del despertador que inicia su puente refuerza la
idea que sigue: «Me desperté, me caí de la cama». Evita la realidad para no
tener que escapar. El puente transmite ironía, ya que el subtexto de su evasión
contrasta con el fondo musical de alegres golpes de batería y humorísticas
notas de piano. Al principio, McCartney parece mucho más feliz y despreocupado
que Lennon. Cuando la vida no le deja en paz y él también recurre a tácticas
escapistas, no lo presenta con el dramatismo que lo hace Lennon. McCartney dice
que «se sumergió en un sueño». La música no cambia a medida que cambia su
mentalidad, pero una representación sonora secundaria de ensueño evasivo sigue
a la declaración del sueño: una vocalización ambigua y difusa. Desde el punto
de vista de la producción, estas sencillas vocalizaciones, en comparación con
el clímax orquestal de Lennon, reflejan la intensidad de la experiencia. Como
práctica, desconectarse se desvía menos de la vida cotidiana que conectarse. La
evasión de Lennon exige un sonido que ningún oyente ha escuchado antes. Las
vocalizaciones de McCartney transmiten una familiaridad intencionada. Estos
detalles de producción crean un contraste notable que las propias letras solo
insinúan.
El escapismo
fracasa. Lennon vuelve a las noticias, e incluso las noticias triviales lo
devuelven a las drogas. No logra escapar de la realidad y de su ciclo de
comportamiento destructivo. La familiaridad de la táctica de McCartney no deja
lugar a dudas sobre su ineficacia; todos lo sabemos. El clímax orquestal final
transmite aún más caos que el primero. La orquesta toca frenéticamente, presa
del pánico. El sonido se retuerce y crece hasta que una fuerza mayor envuelve a
la orquesta, y todo se detiene limpiamente. A continuación, suena un solo
acorde de piano que permanece en el aire. Al prolongar el acorde más de lo que
sería posible de forma natural, se le confiere una pesadez imposible de
ignorar.
McCartney y Lennon
ofrecen perspectivas muy matizadas sobre el escapismo en diversas formas. El
mensaje final refleja sus fallos, pero el viaje hacia esa conclusión se entrega
a la complejidad. Los oyentes lo acogen con agrado, no solo por su excelencia sonora,
sino también por su posición única.
http://www.samanthasilveira.com/song-analysis-a-day-in-the-life.html