La figura del bandolero justiciero, del Robin Hood
peruano, se volvió mitológica. No había pueblo que no tuviera su propia
historia con él, al punto que “Por aquí pasó Luis Pardo” era un sello que tenía
visos de bendición al ser alentado por la tradición oral en cada rincón. La
imagen de Pardo nos recuerda esa necesidad de la figura del líder combativo,
precursor, rondero y, sobre todo, querido por sus nobles objetivos, que todo
político y politiquero anhela hoy por hoy. Tomó la distribución de la riqueza por
sus propias manos y fue elevado por pueblo al culto heroico. Luis Pardo no
actuaba en banda, sin embargo cobraba cupos a los gamonales y hacendados. Murió
hace 106 años en una emboscada del ejército y sus enemigos (para tener una idea
de las dimensiones de su persecución). Tenía 35 años y su juventud y forma de
muerte (mientras escapaba a nado por el río) recuerdan al querido Javier
Heraud, poeta joven que muriera a manos del ejército en Madre de Dios. Pardo
quiso, como Javier, una transformación social a la cual dedicó su juventud.
https://camp.ucss.edu.pe/blog/luis-pardo-bandolero-a-heroe-popular/
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