domingo, 23 de enero de 2022

¡Guíame Mabel! - XXXVII


No debió haber más tiempo de acuerdo a como las cosas se dieron en nuestras vidas. Sabemos que las líneas de sucesos determinan el destino futuro, como cuando ruedan los dados en el juego, los números que pintan al final de sus rodadas dan los números definitivos. ¿El final que se obtuvo fue el inevitable resultado?

Podríamos haber prolongado el secretismo de los sentimientos escondidos, indefinidamente, queriéndonos secretamente, calladamente, compartiendo un sentimiento entre los dos nunca dicho, ni demostrado, ni confirmado. Y así, vivir ocultando ese sentimiento por años y décadas hasta que la vida se fuera de nuestros cuerpos. Esa hubiera sido tomar una actitud gnóstica, ascética, muy mística y loable. Pero el destino forzó el desenlace. Pero, ¿estuvo en mí el iniciarlo y en ti el concluirlo?

Ahora tú lo sabes todo mientras yo vivo en la incertidumbre que lo que pienso no es del todo cierto.


 

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