miércoles, 30 de marzo de 2022

¡Guíame Mabel! - XLIV


 

Dicen que cuando las almas encarnan en un Nuevo cuerpo físico lo hacen olvidando sus vidas pasadas. Este olvido sagrado se completa alrededor de los seis años más o menos. Unos olvidan al poco tiempo de nacer, unos después de algunos años, otros después de los seis y algunos pocos no ll logran olvidar y recuerdan no solo su antigua vida sino algunas anteriores. Esos pocos pueden recordar con precisión donde vivieron, quienes fueron sus padres y hermanos. Se dice que todos podríamos retraer recuerdos de vidas pasadas con practica y cierta dedicación.

Todo esto me lleva a preguntarme ¿Por qué la hijita de Mabel nos colocó a su mamá y a mí en el centro de la habitación donde se llevaba a cabo la reunión? ¿Podría haber sido un hecho fortuito producto del entusiasmo de la niña? Pero, me pregunto, ¿Por qué no con alguna otra persona y no yo? Yo no había frecuentado la casa de Mabel, talvez una vez al año, ¿por qué no con algún otro tío que la niña veía más? Incluso, ¿Por qué no con su papá? Y, ¿por qué se afano en formar pareja? Si la causa fue su entusiasmo, podría haber elegido alguna tía o mejor, una prima mayor pero tan alegre como ella, como por ejemplo Estela, quien tenía 25. Quizá su hija pudo leer mi corazón y el de Mabel y sintió que deberíamos estar juntos o es que no olvidaba los recuerdos de un pasado profundo. Talvez era un angelito descrito en la canción “Tu eres hermosa” (You are beautiful) de James Blunt: “There must be an angel with a smile on her face, when she thought up that I should be with you”, debe haber un ángel con una sonrisa en su rostro que pensó que yo debería estar contigo.

Pero era tiempo de enfrentar la realidad, como proseguía la canción. Y que terminaba con una triste predicción, “I will no be with you”, que nunca estaría contigo.

jueves, 24 de marzo de 2022

LOS RANCHEROS - EL CHE Y LOS ROLLING STONES || Letra

"Pretenders-Back On The Chain Gang" Subtitulado Video en HD


Esta canción fue escrita poco después de la muerte del integrante de “The Pretenders”, James Honeyman-Scott. La canción se trata del dolor de Chrissie Hynde por esa muerte repentina y prematura. La cantante expresa su extrema ira con los periodistas, las compañías discográficas y posiblemente incluso con su propio gerente por acosarla sin descanso en su momento de dolor. La referencia de la "pandilla encadenada" es acerca del negocio de la música, los gerentes, las compañías de giras y las compañías discográficas que quieren su “libra de carne”; todos las obligan a ella y a la banda a decidir su futuro, contratar nuevos miembros y obligarlos a regresar al estudio o a la carretera. casi inmediatamente después de la noticia de esa muerte, cuando lo único que quiere es que la dejen en paz durante un período de duelo. Estos son los "poderes fácticos que nos obligan a vivir como lo hacemos", constantemente presionados por una nueva canción, álbum o gira, debido especialmente el dinero que “The Pretenders” estaban recaudando en ese momento. Las presiones de la fama y el negocio de la música son a lo que Hynde culpa de la muerte por sobredosis de Honeyman-Scott, y pagarán el precio que ella dice ("caer en la ruina un día por separarnos"). Es una letra trágica, emocional y brutal. Espero que haya encontrado algo de paz y catarsis al escribirlo.

 


LOS CINCO LATINOS - DIMELO TU (audio editado)

martes, 22 de marzo de 2022

¡Guíame Mabel! - XLIII


Dicen que la danza, junto con el canto colectivo, era una forma natural con que las antiguas culturas alababan a los dioses, de dar las gracias por los alimentos, por nacer y morir.

A Mabel le gustaba mucho bailar. Era la que primera bailaba en las fiestas. Mabel le encontraba una pasión singular al bailar. Era como si su cuerpo se liberaba de lastre que se le acumulaba en el trajín de los días, en el confrontar la vida con todos sus desatinos y problemas. Mabel bailaba con suavidad, pero con constancia e intención, siempre sonriendo sutilmente. Cuando la miraba bailar era como si ella dijera tengo vida, estoy viva.

Un día, poco antes que no nos viéramos más, hubo en una reunión familiar. Estábamos en el patio de la casa de la hermana de Mabel. Habíamos estado charlando por horas, desde las 4 o 5 de la tarde. Era las ocho de la noche y alguien puso música. Apenas sonó algunos compases de una canción cuando Mabel, que estaba sentada a unos metros detrás de mí, extiende su mano para coger la mía y sacarme a bailar repentinamente. Yo, claro, salí a bailar de buen grado, como sabiendo que yo le pertenecía y Mabel actuaba como si fuera cierto. Algunas personas alzaron las cejas algo sorprendidas por ese arranque de Mabel, pero estábamos en una fiesta para celebrar. De inmediato muchos salieron a bailar y estuvimos así por horas.

En un momento que me senté a descansar se acercó la hijita de Mabel que tenía seis años. Me agarró la mano con su manita y me jaló para que me parara. Yo me dejé llevar y me paré sin saber lo que iba a pasar. La niña me jaló un poco más al frente del patio y se acercó donde Mabel y le tomó la mano también. La niña nos tenía de la mano de cada uno y sonreía feliz meciéndose en nuestras manos. No sé porque, pero me sentí un poco incómodo. Sin querer, de una manera inocente la niña me estaba ligando a Mabel, como si fuéramos pareja, como si fuéramos sus padres. Nada se podía hacer, nadie podía romper esa situación por lo cándida de su motivación. Si alguien lo hiciera seria incluso mal aceptado. En realidad, el momento era incomodo de por sí. Yo no veía la cara de Mabel, pero imagino que de alguna manera sentía lo mismo. En ese círculo familiar en que nos hallábamos, a esa hora de la noche, no veía ya a seres humanos, veía colores, rojo, naranja y amarillo. Miraba el suelo y en el balanceo de las manos sentía que me equilibraba en un espacio que era viejo. El momento más embarazoso fue cuando levanté la mirada y me topé con los ojos del esposo de Mabel que me miraba con un rostro petrificado de asombro por ver un tiempo que no era el de allí, desconcertado de ver un pasado que tenía conciencia que no había vivido.

Mercedes Sosa Canción para Carito con letra



“Nombrar es pertenecer, es limpiar misterios, pero también donarlos; nombrar es el acto con el que aceptamos que algo ya es parte indispensable de nosotros.

Me contaron la historia de una coneja que llegó como los temporales, así, nada más, sin ninguna razón aparente, sin una señal previa, y que cavó su madriguera en el rinconcito de un jardín.

Me contaron que la coneja hizo de ese jardín su país y de la casa contigua, su hogar; me cuentan que con el tiempo convivió con los humanos de esa casa, al cobijo, siempre, de un cariño entrañable.

Me cuentan que a esa coneja le llamaron Carolina.

Carolina, Carito, la coneja, desaparecía con frecuencia, pero siempre volvía, como la primerísima estrella de octubre, debajo de una maceta o de un árbol, o entre la hierba, tranquila, con los ojos cerrados y las orejas pegadas al lomo, respirando fuerte.

Me contaron que había veces en que los perros de la casa veían en ella las mismas características de un lomo jugoso que corría ante sus instintos perrunos, generando persecuciones que terminaban siempre en final feliz, con el gesto de los amigos que se estrechan la mano después del juego.

Me contaron que Carito adquirió con el tiempo costumbres caninas, como la de rascar la puerta para pedir comida —nueces, arándanos, galletas María, sus favoritas— o como la de dormir a los pies del amo mientras la lluvia arreciaba afuera, o la de agradecer el cariño —y la comida— con el temblar  fugaz de sus orejas.

Me contaron que Carito, la coneja gris con blanco, se fue, no sé a dónde, no me importa, pero que ya no volverá nunca, y que al contrario de su llegada repentina, como la de los temporales, Carito no se fue sin avisar primero. Fue a despedirse, a agradecer y hasta el último momento devolvió el calor que por tanto tiempo le fue dado.

He pensado en si ella habrá nombrado a los habitantes de esa casa como ellos a ella: yo creo que sí, los animales saben también nombrar, les pertenecemos de otras formas.

Carito, Carito; pienso Carito. La canción de Mercedes es la todos y también la tuya. Mira qué chiste, Carito, que el humano se siente humano sólo después de haber amado a un conejo. Quién diría”.

https://www.google.com/search?q=cancion+para+carito+leon+gieco+significado&rlz=1C1GCEB_enUS887US887&oq=Cancion+para+Carito+Leon+&aqs=chrome.4.0i19l2j69i57j0i19i22i30l3j69i61.17435j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8