¿Qué
pensarías si yo cantara desafinado?
¿Te
levantarías y te alejarías de mí?
Préstame
tus oídos y te cantaré una canción
Y
trataré de no cantar fuera de tono
Oh,
lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Mm,
llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Mm,
lo intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
¿Qué
hago cuando mi amor se ha ido?
(¿Te preocupa
estar solo?)
¿Cómo
me siento al final del día?
(¿Estás
triste porque estás solo?)
No,
lo conseguiré con una pequeña ayuda de mis amigos
Mm,
llego alto con una pequeña ayuda de mis amigos
Mm,
lo intentaré con una pequeña ayuda de mis amigos
¿Necesitas
a alguien?
Yo
necesito alguien a quien amar
Podría
ser cualquiera
Yo
quiero alguien a quien amar
¿Crees
en el amor a primera vista?
Si,
estoy seguro que pasa todo el tiempo
¿Qué
ves cuando apagas la luz?
No
puedo decírtelo pero sé que es mío
Joe
Cocker hace la representación de la canción ¨Con una pequeña ayuda de mis
amigos¨ en Woodstock en el año 1969, con su camiseta coloreada artesanalmente,
dando todo de sí en su interpretación. Verlo cantar emociona tremendamente, con
su estilo retorcido, catatónico, que pareciera que se fuera a desintegrar en
pedazos, como el androide de la película ¨Alien¨ que despedazado comenzó a
sangrar fluido blanco.
Y es
admirable que con un estilo anormal se hiciera de un espacio en la música de
los jóvenes iconoclastas de los sesenta. Algunos jóvenes de estos tiempos lo
ven ridículo y risible porque no entienden de la autenticidad de Joe Cocker,
que se alzó a la fama a puro pulmón, desgañitando, gritando e inflando las
venas y arterias de su rostro para expresar lo que quería transmitir, transformando
una canción casi anodina de Los Beatles en una canción totalmente diferente, con
un tema dramático, existencial, de un pedido de amor fraterno a pesar de las
limitaciones del individuo. Hoy que los artistas se reproducen por esporas, por
fecundación in vitro, en las grandes corporaciones discográficas con
ramificaciones mundiales en los medios periodísticos, radiales y televisivos,
que fresco y genuino se siente a Joe Cocker. Si, claro, seguro que estaba con unos centímetros
cúbicos de ácido encima, como el medio millón de personas que se congregaron en
los campos de Woodstock. ¿Acaso eso desmerita su arte? No, su arte lo transformó en nuestro héroe.
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