miércoles, 11 de noviembre de 2020
martes, 10 de noviembre de 2020
lunes, 9 de noviembre de 2020
domingo, 8 de noviembre de 2020
sábado, 7 de noviembre de 2020
martes, 3 de noviembre de 2020
Smile A Little Smile For Me | The Flying Machine |
Usted realmente
debe aceptar
que está vez él se ha ido para siempre
ya nunca volverá
aunque dijo que volvería
querida, seca tus ojos
estoy seguro que hay
Muchos chicos
que darían el mundo
Por estar en su
lugar.
(Coro)
Oh, vamos – dame un sonrisita Rosemarie
de que sirve llorar
dentro de poco verás Rosemarie
debes seguir intentándolo
sé que te lastimo, lo sé querida,
no estés triste
y dame una sonrisita Rosemarie
Supongo que estas sola ahora
tu amor llega a su fin
Pero querida, ahora
estás libre para volver a empezar
levanta tu linda barbilla
no dejes que esas lágrimas discurran
eres una chica grande ahora
y lo superarás.
domingo, 1 de noviembre de 2020
LA MUERTE COMO UN PASO PARA CONTINUAR LA VIDA POR: MAURICIO DEL VILLAR - 11/02/2013
LA MUERTE COMO UN PASO PARA CONTINUAR LA
VIDA
POR: MAURICIO DEL VILLAR - 11/02/2013
El presente artículo no es el resultado de
una investigación académica sobre la concepción de la muerte en el mundo
Raramuri (Tarahumara), simplemente pretende compartir lo que desde mi
experiencia tuve el privilegio de vivir con comunidades de la Sierra Tarahumara.
La muerte para el Raramuri, al igual que
para muchas culturas indígenas del mundo, representa un paso más para continuar
viviendo. Esto en contraste con algunas culturas mestizas en las que la muerte
representa el final, el descanso en paz o lo que en términos prácticos se
refiere al final de la historia de una
persona. La muerte se convierte en una actividad más en la que la persona
continua su caminar hacia Onoruame (Dios padre y madre). El Ronco Robles, padre
jesuita que vivió más de 40 años entre ellos la define “como si se tratara de
nacer de nuevo, de dejar un medio y un modo de vida para pasar simplemente a
otro mejor”[i]
La muerte es algo cotidiano con la que
conviven las mujeres y hombres que habitan las cientos de comunidades dispersas
a lo largo de la Sierra. El miedo a la
muerte no se ve reflejado entre las personas que aún se encuentran vivas, ni
tampoco hacia el cuerpo de la persona que ya murió; el cual es tocado, lavado y
preparado por varias personas para que pueda continuar caminando.
Las comunidades Raramuri no se encuentran
concentradas en un mismo punto geográfico, sino que hay una gran dispersión,
distancias entre sí que implican, muchas veces, caminar más de una hora entre
casa y casa. A su vez no todas las casas se encuentran cerca del “Campo Santo”,
por lo tanto cuando muere una persona, y después de cumplir con ciertos ritos
en su propia casa, se le traslada, enrollada, en una cobija y amarrada en un
palo que es cargado por dos personas entre cumbres y arroyos hasta llegar al
lugar donde se deposita el cuerpo. Mientras ocurre el traslado seguramente ya
hubo una avanzada de personas para cavar el agujero.
Al llegar al lugar, el cuerpo es
acompañado por gran parte de la comunidad, incluyendo niños. Los Owiruames
(doctores) y personas cercanas al fallecido comienzan hablarle para desearle un
buen camino, le dan consejo sobre cómo debe seguir viviendo y ser feliz para
que, a su vez Onoruame, esté contento. Mientras tanto “nosotros, los que nos
quedamos en la comunidad, seguiremos haciendo fiesta y más adelante nos
encontraremos en alguna travesía”.[ii]
Su cobija se pone a su lado para que se
tape cuando tenga frio, al igual que sus huaraches para seguir “andando en la
Sierra”. Llega un momento en que los presentes se acercan y baten Kobisi
(pinole) frente al cuerpo, vertiendo algunas cucharadas del mismo para
alimentarlo, al igual que tirando un poco de Sugiki (bebida de maíz) para que
tenga la fuerza en su caminar, el sobrante de ambas viandas se deposita al lado
del cuerpo, como reserva para el camino. Al salir del “campo santo” mujeres,
hombres y niños atraviesan una columna de humo generado por una rama de pino
verde, que pretende dar un nuevo paso hacia la vida.
Para el resto de la comunidad el
transcurso de la vida continua y para acompañar a la persona que muere se le
hacen una serie de fiestas (cuatro a la mujer y tres al hombre), donde la
música y la danza es parte fundamental para alentarlos en su caminar. En
palabras de Carlos Montemayor “La danza
es una forma distinta de caminar, o mejor, una forma de caminar en otras
dimensiones, en otros territorios: en los territorios celestes e
invisibles”[iii]. Posteriormente algunas de sus posesiones se arrojan al
barranco para que no quede nada que no les permita avanzar.
La tristeza y el duelo se vive de manera
muy distinta, ya que desde nuestra cultura la muerte se percibe como la
ausencia de una vida que se esfumó y con la que no volveremos a convivir.
Ellos, en cambio, lo viven como el siguiente paso. Por supuesto que pueden
sentir tristeza, pero todo ocurre en un ambiente de fiesta, risas, bromas y
muchas cosas más que te hacen sentir el duelo de otra forma. Festejas el nuevo
caminar de la persona y a su vez le ayudas a continuar. En la fiesta comparten
su “alegría todos los años, como fue en un principio, hace muchos tiempo,
cuando apenas comenzaba la vida aquí en la tierra, que así vivía haciendo
fiesta la gente… Si no vivimos así ahora, haciendo fiesta, no va tener fuerza
el mundo”[iv]
En todos estos episodios están presentes
una serie de ritos y significados que acompañan al Raramuri a lo largo de su
vida, y que seguramente muchos de ellos nunca los comprenderé por el simple
hecho de que no soy uno de ellos. Pero sin duda alguna, sé que hay mucho por
aprender de su cosmovisión, la cual se convierte en un espacio de resistencia
dentro de la corriente homogenizadora que se respira a lo largo de todo el
mundo y que hasta pretende que todos piensen de la misma forma ante la Muerte.
https://pijamasurf.com/2013/11/la-muerte-como-un-paso-para-continuar-la-vida/
[i] Robles J. Ricardo. El Rostro Indio
de Dios, Los Raramuri Pagótuame. Centro de Reflexión Teológica y la Universidad
Iberoamericana. 1994
[ii] Rubén Moreno. Comunidad de
Rowerachi. 2010.
[iii] Carlos Montemayor. Los
Tarahumaras, Pueblo de estrellas y Barrancas. Aldus SA. 1995
[iv] Mauricio Batista. Kite amachíala
kiya nirúami (nuestros saberes antiguos). Kite kawi jiwérala. Unesco 1998
CARMINA BURANA O FORTUNA
Carmina Burana
es una colección de cantos goliardos de los siglos XII y XIII, reunidos en el
manuscrito encontrado en Benediktbeuern (Alemania) en el siglo XIX. Los cantos
goliardos son un género de poesía profana en latín que ostenta una
originalidad, un estilo y una actitud frente al mundo y sus placeres; sus
autores eran anónimos con un ingenio al servicio de una creación poética que
satiriza su entorno, parodia la majestad de los himnos eclesiásticos, canta
alegremente al vino o al amor.
Etimológicamente
Carmina Burana significa, en latín, "Canciones
de Beuern". Carmen significa poema,
canto o cántico y burana es el adjetivo gentilicio que indica la procedencia:
de Bura (el nombre latino del pueblo alemán de Benediktbeuern).
El original
Carmina Burana es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han
conservado en un único códice encontrado en 1803 por Johann Christoph von
Aretin en la abadía de Bura Sancti Benedicti (Benediktbeuern), en Baviera. En
el transcurso de la secularización llegaron a la Biblioteca Estatal de Baviera
en Munich, donde se conservan.
Estos poemas
hacen gala del gozo por vivir y del interés por los placeres terrenales, por el
amor carnal y por el goce de la naturaleza, en ellos se satirizan y critican
todas las clases sociales en general, especialmente a las personas que
ostentaban el poder en la corona y sobre todo en el clero.
La colección se
encuentra dividida en seis partes: Carmina eclesiástica (canciones sobre temas
religiosos), Carmina moralia et satirica (cantos morales y satíricos), Carmina
amatoria (canciones de amor), Carmina potoria (contiene obras sobre la bebida,
y también parodias), Ludi (representaciones religiosas) y Supplementum
(versiones de todas las anteriores, con algunas variaciones).
Carl Orff fue el
encargado de la primera representación de Carmina Burana mediante una cantata
escénica. Orff compuso la obra entre 1935 y 1936 utilizando como texto algunos
de los poemas medievales de Carmina Burana. El estreno fue el 8 de junio de
1937 en la Alte Oper de Fráncfort del Meno dirigida por Oskar Wälterlin.
https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/La-historia-detras-de-Carmina-Burana-20161021-0122.html