El Toro y La Luna
La Pasión
Inalcanzable: 'El Toro Y La Luna' de Joselito
La canción 'El Toro
Y La Luna', interpretada por el niño cantor Joselito, es una pieza que combina
elementos de la música folclórica española con una narrativa poética. La letra
cuenta la historia de un toro que se enamora de la Luna, un amor imposible y no
correspondido. La Luna, con su presencia distante y cambiante, se convierte en
un objeto de deseo inalcanzable para el toro, que la observa desde su escondite
entre la jara, un arbusto típico de los paisajes españoles.
La canción utiliza
la metáfora del toro enamorado para explorar temas de amor y deseo, pero
también de soledad y anhelo. El toro, un símbolo de fuerza y bravura en la
cultura española, se muestra aquí vulnerable ante la belleza y la lejanía de la
Luna. La imagen del toro embistiendo el agua al darse cuenta de que la Luna se
ha ido refleja la frustración y la impotencia ante un amor no correspondido.
Además, la descripción del toro 'pintado de amapola y aceituna' y 'campanero'
evoca la riqueza de la tierra española y sus tradiciones.
Musicalmente, 'El
Toro Y La Luna' se caracteriza por su melodía pegajosa y su ritmo folclórico,
que invita al baile y a la celebración, contrastando con la tristeza del tema
lírico. Joselito, conocido por su voz angelical y su talento precoz, logra
transmitir la emoción y la ternura de la historia, convirtiendo la canción en
un clásico del repertorio español. La dualidad entre la alegría de la música y
la melancolía de la letra es un reflejo de la complejidad de los sentimientos
humanos.
Observación a este
comentario.
Creo que la
imágenes que crea La luna y el toro en nuestra mente supera cualquier
explicación de los significados que pueda tener en lo musical, psicológico,
folclórico o literario.
Para acercar lo
mágico y grandioso a nuestra vivencia humana personificamos a los fenómenos y
elementos cósmicos. Por eso decimos que "la luna se está peinando" y
que un toro la esta acechando. Nuestra mente no puede dejar de imaginar lo que
las palabras describen porque somos seres que entendemos nuestro mundo qué nos
rodea a través de cuentos, relatos. Es así como conocemos nuestro mundo
exterior e interior cuando no poseemos las imágenes visuales directas. ¿Y qué
tal si en lugar de toro lo llamamos torito? Lo acercamos más a nuestro mundo
afectivo. ¿Y si lo enamoramos de la luna? Lo hacemos humano, como tú y como yo.
¿Podemos decir de
que color es el toro? Traemos a nuestra mente las imágenes de la fruta de la
aceituna y la flor de la amapola y la
amapola y sabremos su color: marrón oscuro o negro y blanco, osea que es pinto.
¿Porque le habrán puesto por nombre "Campanero"? Quizá por ser muy
ruidoso o por el sonido grave al galopar tolon-tolon. ¿Porque los romero de los
montes besaría su frente? Al inclinarse a pasar. Podemos imaginar que las
estrellas lo bañan de plata, pero más nos inclinaríamos a pensar que en noche
de luna, el resplandor que despide la silueta del toro aparece plateada. Pero
hay algo que no podemos distorsionar del toro, que lo hace singular, que no le
dio ni la luna, ni la aceituna ni el mayoral, su bravura. Y le pertenece en
exclusividad, valor que lo hace un agente activo de la realidad. No todos los
toros son bravos y de casta, son bravos los indómitos.
Y por último,
porque parecería sus patas abanico de colores? El toro al correr sincroniza el
movimiento de sus 4 extremidades qué da la impresión del abanicar de un
abanico. Imaginamos que los colores del abanico serian cintas de colores
amarradas a sus patas.
Entonces, ¿en una
exhibición de fuegos artificiales, no es mejor gozar de la emoción que causa
los destellos en nuestra mente?
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