lunes, 26 de agosto de 2024

¡Guíame Mabel! - LXVII


Pasaban los días por centenas y no pasabas por mis sueños.

-¿Me has olvidado? – me interrogaba.

Eso era imposible, aunque podía ser por algún motivo indescifrable, pero no por tu voluntad. Entonces decidí dormirme repitiendo tu nombre para que vengas a mí, como un mantra. Con esa voluntad en la cabeza me dormí.

Entré a un sueño donde me hallaba en una avenida ancha, de noche. Andaba con tu hermano Roberto, no había nadie más, la vía estaba desolada. Caminábamos buscándote, nos dirigimos a un lugar con portones altos donde presumíamos que estabas allí. De la nada apareció un perro que por una abertura de la pared se coló a la casa. Al escuchar ladrar al perro tu reaccionaste

-¡Mi perro!

Asomaste tu rostro por la ventana del tercer piso, Roberto al verte entro decidido a confrontar a tus captores y te rescató.

De regreso caminamos por la avenida que lucia mas iluminada. Tu hermano iba adelante, tú y tu hermana Rocío en el medio y yo detrás. Tú caminabas por la izquierda y Rocío por la derecha de la acera. Tu lucías delgada, bien joven, vestías un pantalón kaki oscuro y chaqueta ploma. Tu hermana también se veía más delgada. Jugando contenta, tu hermana cruzó al lado derecho de la vía y tu corriendo la seguiste.

Llegamos a la casa, que era de ustedes. Subimos a la segunda planta donde vi la base de una cama.

-Va a venir más gente – comenté.

Nos dirigimos a lavarnos las manos al patio. Abrí la llave de agua y me lavo las manos que estaban totalmente negras. Tu estabas a mi lado, bien junto a mí. Entonces empecé a sentir una fuerte atracción hacia ti, esa urgencia venía de dentro de mi ser, como una fuerza gravitacional ardiente que me compelía a acercarme más y más. Pero, ¿Qué hice?

-Voy a ver como esta Paty – te dije

Paty, tu hermana y esposa estaba en el tercer piso. En ese instante, cuando me alejaba de ti, sentí remordimiento, desazón de haber fallado en algo. Y me desperté.

Ahora me pregunto ¿porque me sentí así? pienso que hice lo correcto, o lo correcto no es necesariamente lo apropiado, talvez lo apropiado no es lo correcto  y quizás hacer lo correcto no es siempre hacer lo justo.

Habré hecho lo correcto, pero eso me dejo decepcionado, la consecuencia de hacer lo apropiado fue atroz para mí.

 


 

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