Pasaban los días
por centenas y no pasabas por mis sueños.
-¿Me has olvidado? –
me interrogaba.
Eso era imposible,
aunque podía ser por algún motivo indescifrable, pero no por tu voluntad.
Entonces decidí dormirme repitiendo tu nombre para que vengas a mí, como un
mantra. Con esa voluntad en la cabeza me dormí.
Entré a un sueño donde me hallaba en una avenida
ancha, de noche. Andaba con tu hermano Roberto, no había nadie más, la vía
estaba desolada. Caminábamos buscándote, nos dirigimos a un lugar con portones
altos donde presumíamos que estabas allí. De la nada apareció un perro que por
una abertura de la pared se coló a la casa. Al escuchar ladrar al perro tu reaccionaste
-¡Mi perro!
Asomaste tu rostro
por la ventana del tercer piso, Roberto al verte entro decidido a confrontar a
tus captores y te rescató.
De regreso
caminamos por la avenida que lucia mas iluminada. Tu hermano iba
adelante, tú y tu hermana Rocío en el medio y yo detrás. Tú caminabas por la izquierda y Rocío por la
derecha de la acera. Tu lucías
delgada, bien joven, vestías un pantalón kaki oscuro y chaqueta ploma. Tu
hermana también se veía más delgada. Jugando contenta, tu hermana cruzó al lado derecho de la vía y tu corriendo la
seguiste.
Llegamos a la casa,
que era de ustedes. Subimos a la segunda planta donde vi la base de una cama.
-Va a venir más
gente – comenté.
Nos dirigimos a
lavarnos las manos al patio. Abrí la llave de agua y me lavo las manos que
estaban totalmente negras. Tu estabas a mi lado, bien junto a mí. Entonces empecé
a sentir una fuerte atracción hacia ti, esa urgencia venía de dentro de mi ser, como una fuerza
gravitacional ardiente que me compelía
a acercarme más y más. Pero, ¿Qué hice?
-Voy a ver como
esta Paty – te dije
Paty, tu hermana y
esposa estaba en el tercer piso. En ese instante, cuando me alejaba de ti, sentí
remordimiento, desazón de haber fallado en algo. Y me desperté.
Ahora me pregunto ¿porque
me sentí así? pienso que hice lo correcto, o lo correcto no es necesariamente lo
apropiado, talvez lo apropiado no es lo correcto y quizás hacer lo correcto no es siempre
hacer lo justo.
Habré hecho lo correcto, pero eso me dejo
decepcionado, la consecuencia de hacer lo apropiado fue atroz para mí.
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