Vinimos a ser tentados, todos sin excepción y en última
instancia a pecar. A los pequeños vicios derrotamos con facilidad, pero los
grandes y mortales a vencer, nos someten.
Buscamos la redención con ardor y dolor. Algunos lo
logran y expían sus culpas. Los que aun luchan, se levantan, pero ¡oh tragedia!
vuelven a caer, una y otra vez. Y no sé si al final de la vida, saldremos de
esta realidad, perdonados y redimidos todos.
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