Este grupo no quisieron aparecer como unos
delincuentes orientales. Alguien se equivoco al anunciarlos en concierto y en
lugar de llamarlos “los chicos” los nombro como “los chinos”. Entonces de ser
llamados la “Banda de los chicos” devinieron en “Bándalos chinos”. (en español se
escribe vándalos)
Su canción “Vámonos de viaje” es una proeza musical y literaria, rara en estos tiempos. El viaje siempre invita al cambio, la maduración, la aventura, la huida. En sí, la vida es un viaje. El espiral alude a un desplazamiento en círculos, en el espacio, que nos aturde, pero es lo que se quiere alcanzar, un disloque de la realidad. El fin es trasladarse a un lugar donde las reglas, orden, civilidad no rijan porque es necesario, imprescindible. En este escenario una forma de “viajar” a otro estado emocional o salirse de lo racional es a través de amor. Otra vía es la locura y otro medio son las sustancias alucinógenas. Acompaña a estos versos una melodía fresca, alegre, un acompañamiento rítmico para poner en relieve el mensaje. Luego aparece un xilofón con sonido tecno que da orientalidad a la melodía, una onda exótica.
En resumen, una canción para viajar.
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