Peleaba mano a mano
con cucarachas gigantes.
-¡Romperé cada una
de tus patas articuladas!
-¡Insectos
inmundos!
-¡Y con mis puños
agujerearé tu abdomen para
ver salir la grasa de tus intestinos!
-¡Mis manos partirán
tus alas de coraza que crujirán como papel celofán!
-¡No me vencerán!
-¡No!
Algunas veces me
encuentro conmigo mismo. Sin saludarnos nos juntamos y me comparte su sutil y
blanca alma. Caminamos las viejas calles, recordamos pasados momentos sin hablar
y luego se va.
Sé que es mejor que yo, pero … ¡no entiendo a qué viene!
Cansado de su beatífico hermetismo le pregunto.
-¿A que vienes aquí
al infierno?
-Esto no es el
infierno, aun estás en la tierra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario