jueves, 2 de octubre de 2025

¡Guíame Mabel! - LXXXIII


“Ausencia” por Dyango

A los 15 años nadie esta preparado para soportar y entender las fuerzas centrípetas que se aplican a su ser. La naturaleza nos conduce desde la cándida niñez, inocente e infantil a la perturbadora adolescencia. Todo este proceso esta descrito en detalle en los manuales de psicología tan escolásticamente como se describe el abatir de una tormenta o el ataque de un huracán, pero desde afuera, mientras los adolescentes la viven, sienten y sufren desde dentro. Y es que no es ciencia la materia que intenta descifrar el comportamiento humano.

La canción “Ausencia” la escuché una vez, un día, al terminar el atardecer, cuando el crepúsculo empezaba a cubrirla. Regresaba del colegio, eran las seis y cuarenta y cinco, la hora en que usualmente ocurre ese fenómeno. Caminaba a casa y bordeaba el parque D’onofrio. Y atisbé el horizonte con esa canción escuchándose en mi mente. Las escalas esquizofrénicas que producía el piano en la introducción me producían una pasión casi anormal. Y empecé a experimentar el dolor por la perdida del amor, de un amor. Sorprende que una chica, que para un púber es una mujer, pueda causar tanto sufrimiento. Y entonces, ¿porque sin remedio nos abocamos locamente buscar pareja? ¿Es acaso el amor o el instinto que nos guía? Y Dyango mientras tanto va relatando con sus versos ese agónico sufrimiento, mientras que el adolescente adopta una actitud introspectiva, ocultando que su ser convulsiona por dentro. Entonces, las emociones al extremo toman control de nuestras vidas.

 


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