“Ausencia” por
Dyango
A los 15 años nadie
esta preparado para soportar y entender las fuerzas centrípetas que se aplican
a su ser. La naturaleza nos conduce desde la cándida niñez, inocente e infantil
a la perturbadora adolescencia. Todo este proceso esta descrito en detalle en
los manuales de psicología tan escolásticamente como se describe el abatir de
una tormenta o el ataque de un huracán, pero desde afuera, mientras los
adolescentes la viven, sienten y sufren desde dentro. Y es que no es ciencia la
materia que intenta descifrar el comportamiento humano.
La canción
“Ausencia” la escuché una vez, un día, al
terminar el atardecer, cuando el crepúsculo empezaba a cubrirla. Regresaba del
colegio, eran las seis y cuarenta y cinco, la hora en que usualmente ocurre ese
fenómeno. Caminaba a casa y bordeaba el parque D’onofrio. Y atisbé el horizonte con esa canción escuchándose en
mi mente. Las escalas esquizofrénicas que producía el piano en la introducción me
producían una pasión casi anormal. Y empecé a experimentar el dolor por la
perdida del amor, de un amor. Sorprende que una chica, que para un púber es una
mujer, pueda causar tanto sufrimiento. Y entonces, ¿porque sin remedio nos
abocamos locamente buscar pareja? ¿Es acaso el amor o el instinto que nos guía?
Y Dyango mientras tanto va relatando con sus versos ese agónico sufrimiento,
mientras que el adolescente adopta una actitud introspectiva, ocultando que su
ser convulsiona por dentro. Entonces, las emociones al extremo toman control de
nuestras vidas.
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