lunes, 15 de enero de 2018

El discurso andino en "Los rios profundos"


Fragmento de la introduccion

En 1958 José María Arguedas publica su obra cumbre Los ríos profundos. La prosa de su libro, aparentemente simple, sus capítulos descontinuados y la profusión de cantos confunden a un lector inadvertido. No fue una obra exitosa cuando se publicó. Concordamos con Ángel Rama cuando dice que le costó veinte años a la crítica peruana el reconocer su valor y un tanto igual para que la crítica latinoamericana le atribuya un puesto singular entre nuestros más famosos escritores. Sin embargo, se ha tornó difícil comprender su significado ni entender su trascendente sentido.
De esta manera,  antes que desentrañar su sentido, la crítica latinoamericana se abocó principalmente a clasificarla. Por ello, amén de congraciarse con el lirismo y belleza de su prosa, la crítica intenta ubicarla en el espectro de la literatura indigenista o neoindigenista, posición que se haya entrecruzada por los diversos marcos de estudio con que se le aborda, sean estos sociales, políticos, literarios y en definitiva ideológicos. Pero esta clasificación no logra acercarnos su trascendente significado. Y es porque en Los ríos profundos, José María Arguedas nos trae una visión profunda de la cultura andina y nos devela los principales elementos  de su cosmovisión. En Los ríos profundos está cifrado un discurso, que contiene un orden de valores, una ética y una moral singulares. Este discurso es distinto al orden del discurso hegemónico, pues es vertido desde otra cosmovisión del mundo. Aceptar este discurso alterno significaría anclar la identidad peruana y latinoamericana en su verdadera raíz, enriqueciéndola con los valores de la cultura indígena. 






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