Soñé que vivía en el siglo pasado, en un barrio de una
ciudad tradicional. Las casas estaban a la vera de las aceras, la calzada era
de ladrillos, solo había un carril donde se desplazaban autos antiguos. Tú te
ibas, de viaje o para siempre, no lo sé. No te despedí ni te acompañé en tu
partida. Tampoco sabía si es que debía irme contigo. Solo sé que tenía una
responsabilidad que me hacía quedarme. Saliendo de casa te vi parada en la
esquina. Nos miramos a los ojos, no hablamos nada, estábamos muy lejos uno del
otro. Poco a poco el espacio que nos separaba se hizo tristemente más grande. Te
fallé, no te di los más valioso de mi vida, el tiempo.
Al final, fuiste uno de los tantos Cristos que en mi
vida terrenal azoté en su camino al Gólgota. Mi proceder revelo la falsa
imagen fabricada con paja que me construí.
Hoy me toca pedir a los cielos que me perdone y
perdonar yo al ser que habita en mi cuerpo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario