domingo, 21 de agosto de 2016

La Joven Guardia - Loco, Santos, Diablos (1969)



“Yo no fui quien tomó loco, santos, diablo, sino aquel, el mayor de la cara con tos.Y el jarrón con arroz loco, santos, diablo, se cayó y el gato se murió. Tienes que aprender a ser feliz, divaga, día, tarde y noche, cuidado con el coche. Estoy acabando mi función de amigo, para comenzar, un amor casual. Yo no fui quien pidió loco, santos, diablo, la sentencia del juez ni el aroma del té. Y el viaje celestial loco, santos, diablo, terminó y el gato se murió”. 

La joven guardia fue una banda pionera del rock argentino. Apareció a fines de los sesenta y se hizo inmensamente popular con su canción “El extraño del pelo largo".
En su primer álbum (que yo tenía) se puede encontrar una canción breve de un poco más de dos minutos llamada “Loco, santos, diablos” que pasó desapercibida junto con otras como “Otoño”.
Esta canción es muy especial porque su melodía, su armonía y letra refleja la vivencia de la época que los que nacieron después de los 70 no pueden sospechar.
En esa época todos éramos locos, loquitos, locazos: “loco Juan”, “loco Pedro”, “loco Tito” hasta “loco Mario”. Era popular las frases  “alucina loco” o “que paja”; esta última expresión tiene un significado sexual cuyo origen los chicos de ahora desconocen.
“Loco, santos, diablos” expresa la onda psicodélica de esos tiempos. Escuchamos una letra aparentemente absurda” Yo no fui quien tomo, loco, santos diablos, sino aquel, el mayor…” ¿tomo qué? Luego dice “el jarrón con arroz se cayó y el gato se murió. ¿Se murió el gato porque se rompió el jarrón? En apariencia no tiene sentido, o mejor es decir que tenía muchos sentidos, como al ver por un caleidoscopio. Pero más que todo refleja el sentido de la vida que se estaba perdiendo. La vida misma se estaba haciendo inconexa, fragmentada, donde los mayores nos educaban y aleccionaban a ser honestos e íntegros pero como jóvenes veíamos alrededor las mentiras y falsedades del mundo de los adultos, donde había un divorcio entre lo que se pregonaba y lo que se hacía. Veíamos al campeón de la democracia invadir Vietnam, nos enteramos del asesinato de Kennedy y Martin Luther King. Por eso simpatizamos con la idea de una paz extremista, que incluía amor y entendimiento, que socavaba el orden formal, convencional y adulto de la sociedad, del país, del mundo. Por eso nos gustaba usar el pelo largo, la ropa hippie de jeans, polo y sandalias. Queríamos otra realidad, que muchos vieron a través de las drogas pero más que todo con la música, la amistad, la fraternidad y el amor, ... queríamos vivir una utopía.

3 comentarios:

  1. Que buena explicación, gracias.
    Lajovenguardia.com

    ResponderBorrar
  2. Siempre admire a La joven guardia, la exquisitez de sus letras en amalgama con una melodia original, excepcional.

    ResponderBorrar