“Yo no fui quien tomó loco, santos, diablo, sino aquel, el mayor de la cara con tos.Y el jarrón con arroz loco, santos, diablo, se cayó y el gato se murió. Tienes que aprender a ser feliz, divaga, día, tarde y noche, cuidado con el coche. Estoy acabando mi función de amigo, para comenzar, un amor casual. Yo no fui quien pidió loco, santos, diablo, la sentencia del juez ni el aroma del té. Y el viaje celestial loco, santos, diablo, terminó y el gato se murió”.
La joven
guardia fue una banda pionera del rock argentino. Apareció a fines de los
sesenta y se hizo inmensamente popular con su canción “El extraño del pelo
largo". En su primer álbum
(que yo tenía) se puede encontrar una canción breve de un poco más de dos
minutos llamada “Loco, santos, diablos” que pasó desapercibida junto con otras
como “Otoño”. Esta canción
es muy especial porque su melodía, su armonía y letra refleja la vivencia de la
época que los que nacieron después de los 70 no pueden sospechar. En esa época todos
éramos locos, loquitos, locazos: “loco Juan”, “loco Pedro”, “loco Tito” hasta “loco
Mario”. Era popular las frases “alucina
loco” o “que paja”; esta última expresión tiene un significado sexual cuyo origen los chicos de ahora
desconocen. “Loco, santos,
diablos” expresa la onda psicodélica de esos tiempos. Escuchamos una letra
aparentemente absurda” Yo no fui quien tomo, loco, santos diablos, sino aquel,
el mayor…” ¿tomo qué? Luego dice “el jarrón con arroz se cayó y el gato se murió.
¿Se murió el gato porque se rompió el jarrón? En apariencia no tiene sentido, o
mejor es decir que tenía muchos sentidos, como al ver por un caleidoscopio. Pero
más que todo refleja el sentido de la vida que se estaba perdiendo. La vida
misma se estaba haciendo inconexa, fragmentada, donde los mayores nos educaban
y aleccionaban a ser honestos e íntegros pero como jóvenes veíamos alrededor
las mentiras y falsedades del mundo de los adultos, donde había un divorcio
entre lo que se pregonaba y lo que se hacía. Veíamos al campeón de la democracia
invadir Vietnam, nos enteramos del asesinato de Kennedy y Martin Luther King.
Por eso simpatizamos con la idea de una paz extremista, que incluía amor y
entendimiento, que socavaba el orden formal, convencional y adulto de la
sociedad, del país, del mundo. Por eso nos gustaba usar el pelo largo, la ropa
hippie de jeans, polo y sandalias. Queríamos otra realidad, que muchos vieron a
través de las drogas pero más que todo con la música, la amistad, la
fraternidad y el amor, ... queríamos vivir una utopía.
Que buena explicación, gracias.
ResponderBorrarLajovenguardia.com
Siempre admire a La joven guardia, la exquisitez de sus letras en amalgama con una melodia original, excepcional.
ResponderBorrarGran relato
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