martes, 25 de abril de 2017

Arrastre


-A ver Charango, ¿qué costumbres practican en tu tierra? - Preguntó Chara al cabo de una conversación que teníamos sobre  la sexualidad en la cultura indígena.
Chullo reclamó que nosotros habíamos inventado el amor libre y la convivencia antes que los gringos.
-¡Nosotros teníamos servinacuy!
-Es cierto Chullo, antes de la conquista española la sexualidad en la vida era libre, aceptada como una práctica natural, sin la estigma del pecado –Comento Chara.
-¿Cómo pudieron reproducir escenas tan variadas y sensuales en su cerámicas? –Preguntó Palomino, el ayacuchano.
-¿Cómo crees que los mochicas y chimúes grabaron sus huacos eróticos? ¿Tú crees que paraban “sapeando” a las parejas cuando estaban teniendo sus relaciones sexuales? –Esgrimió Chullo.
-Cierto, porque ¿cómo crees Palomino que pudieron reproducirlas en las cerámicas si es que no eran visibles y conocibles? –Siguió opinando Chara.
Chara contaba que los jóvenes se conocían en las fiestas de la cosecha y recolección y en esos jolgorios se iniciaban en las relaciones sentimentales y sexuales. Estas experiencias se facilitaban por el empleo de técnicas y conocimientos para evitar el embarazo.
-¡No usábamos condón ni píldoras! –exclamaba Chullo
-Es cierto, la vida sexual en el Perú era más sana que la que trajeron los españoles. No veían las prácticas, como la sodomía, como pecado, tampoco el travestismo, ni la homosexualidad.
-Chara, se ve que eres experto en el tema de la sexualidad en el mundo andino – Opinó Palomino.
-Fíjate bien, los huacos eróticos eran el reflejo de que las prácticas sexuales eran comunes en su diversidad y variaciones.
-Hasta que vinieron los españoles con su doctrina del infierno donde se quemarían los que cometieran esas prácticas –Sentenció Chullo.
-¿Ustedes saben que es… el arrastre? –Preguntó Charango, titubeando.
-¡No! – dijeron todos
-Les contaré. Cuando vivía en Juli nos reuníamos un grupo de amigos para hacer “arrastre”. Después clases y hacer las tareas, nos juntábamos un grupo en la calle y conversábamos, de cualquier cosa, hasta que uno se le ocurría algo y preguntaba ¿vamos hacer arrastre?
Y todos respondían, ¡ya pues! Así que, a eso de las siete de la noche, cuando estaba oscuro, salíamos a recorrer las calles más que todo alejadas. Andando nos topamos con lo que buscábamos. Era una chola, de polleras azules, su manto de lana y su sombrero de paño. Al verla, le caímos encima y a la voz de “!arrastre, arrastre! la llevamos a unos matorrales. La chola pateaba y se defendía como podía, pero nosotros éramos cinco. Al final, la agarramos bien y cada uno se subió encima y luego nos fuimos corriendo.
Al día siguiente, estábamos en el colegio, en la clase de matemáticas cuando entró el director con la chola con la que hicimos el arrastre.
-¡Ya nos jodimos! Le dije a un amigo al verla.
EL director pidió un momento al profesor. La chola nos vio.
-¡Esos son, esos son director!- Le gritó al director.
Ni modo, me dije entre mí, ¡ya me fregué!
El director nos sacó afuera del aula.
 -¿Así que anoche salieron a hacer maldades, no? - Nos preguntó colérico.
Nosotros estábamos mudos de miedo. Me llegó la hora, pensé. El escándalo que se armaría, con mi mamá, mi papá, mis hermanas, mi tía, mi abuelita cuando se enteren de todo lo que hacía. Y lo peor de todo es que ellos me creían un santo.
-Aquí la señorita reclama que ustedes le robaron su sombrero ayer - El director prosiguió.
-¡Queeeeee! exclamamos todos al unísono, un grito que parecía de protesta frente a una calumnia pero la verdad es que fue la expresión de un colosal asombro. Con esta reacción ganábamos tiempo para que nuestros cerebros procesen  lo que estaba pasando y esgrimir una respuesta que nos salve la vida.
-¡No señor director, nosotros no hemos cogido nada!-Ya repuestos y más cínicos que un político, lo negamos todo con contundencia.
-¡Si señor director, ellos fueron!- La chola insistió.
El director nos miró enojado.
-¡Nos le creo nada! Así que ¡van a tener que pagar el sombrero o llamo a sus padres!
Al final tuvimos que pagar cinco soles entre todos.


                                              *****

No hay comentarios.:

Publicar un comentario