lunes, 5 de septiembre de 2016

Cecilia I


                                             I

Estaba en una fiesta a la cual fui a regañadientes, para acompañar a mi hermana, no a la menor pero a la mayor y estaba aburrido y malgeniado mientras todos se divertían. Hasta que la vi.
La vi pero no pude fijar su mirada elusiva, esquiva. Mas luego la apresé con mis ojos y fue mi perdición. Por ellos entró el deseo en mí, el querer estar con ella, el querer hablar con ella, el querer mirarla totalmente y profundamente y el querer saber cómo se siente el mundo alrededor cuando se está al lado de ella. Desdicha fue que eso nunca ocurrió, jamás pasó.
En medio del salón bailamos una canción acerca de una chica singular con un nombre singular, de un amor que nunca floreció. Si hubiera sabido en ese instante lo que supe años después me hubiera ahorrado tantas lágrimas de desamor. Pero en ese momento la tenía junto a mí y era eso lo que importaba. Era mío su cabello que rozaba mi mejilla, era mío el perfume que irradiaba su cuerpo y era mío su manita atenazada por la mía. El final de la canción me sorprendió en un trance, de perdido, de ido, de alucinado. Dejamos de bailar y nos alejamos. ¿Qué me paso?  Debí de haberle hablado, preguntarle si la podía llamar, si la podía invitar a pasear, ¡tonto de mí! La busqué para bailar otra vez pero se había ido ya.
Sin embargo ya había abierto una grieta en mi realidad por donde poco a poco iban escapándose mis pensamientos. Nada estaba ya en mi voluntad. Me oculte en el lado oscuro de la luna, donde no me llegara ningún rayo de su sol. Degradé su ser a la no existencia y resolví ignorarla. La veía desde otra dimensión, sus palabras no llegaban a mis oídos, se desplomaban al suelo.Diluía su figura y la tornaba transparente. Así la fui desconociendo poco a poco hasta que un día, un día, un enajenado día, ella disparó un rayo de su luz con su mirada que limpio los campos de fuerza erigidos para protegerme de ella y sumergió en un total caos mi existencia.
¿Sabías que una mirada puede destruir tu mundo? ¿Qué una sonrisa puede astillar tu universo? ¡Helo allí! Así fue. Pero me sucedió a mí y a ningún otro, ¿Por qué? Porque yo estaba dañado ya, por esa visión de la primera vez, cuando mis ojos no enfocaron bien. Deberían haberse perdido, como un misil que no alcanza su objetivo.

                                                  MMK 

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