“Maneje cinco horas para votar contra Keiko”.
Aspirante a un doctorado en literatura.
Luego de varios meses de la elecciones del 2016 podemos
ver sin apasionamientos como se realizaron y respondernos a la pregunta de si
las elecciones presidenciales del 2016 fueron irregulares, ciñéndonos, en lo
posible a los hechos y haciendo conjeturas válidas.
1. El Jurado
nacional de elecciones favoreció al candidato Kuczynsky al eliminar de la
carrera presidencial a los candidatos Acuña y Guzmán. Antes de la exclusión de
Acuña y Guzmán, Kuczynski estaba en el quinto lugar de las preferencias, es
decir, no tenía ningún chance.
2. Las
exclusiones de Acuña y Guzmán, por causas que se hubieran podido subsanar, o
multar, fueron exageradas y sospechosamente parcializadas. Teniendo en cuenta
la preferencia ciudadana por esos candidatos, el JNE debería haber encontrado
una fórmula para mantener a esos candidatos en carrera pero optó por sacarlos
de las elecciones favoreciendo a Kuczynski.
3. La misma
OEA que supuestamente vela por la normalidad de las elecciones declaró que
“estaba preocupada por los plazos que toman las inhabilitaciones a los
candidatos”. Como si el JNE se hubiera tomado un tiempo para preguntarse y/o
preguntar no sabemos a quién.
4. Luego de
la inhabilitación de Acuña y Guzmán, Kuczynski sube al segundo lugar en las
preferencias. Aun así, estaba muy lejos de Keiko, aproximadamente 10 % contra
35%.
5. Las
marchas “Keiko no va” fueron acciones negativas contra un candidato y que no
deberían de haberse admitido’ El mismo Kuczynski se dio cuenta de lo irregular
de esas acciones y declaró que desistió de participar en ellas “para no violar
los principios democráticos”. Violación de principios democráticos que el JNE
si aprobó.
6. El uso de
la psicología de masas, de las técnicas de propaganda y los medios masivos de
difusión es habitual y corriente en las elecciones políticas en estos tiempos
postmodernos. Pero cuando se considera necesario, se usa técnicas de ataque
propagandístico, de fomentar el odio contra un candidato. Entonces se montó el
"Keiko no va” como una suerte de guerra nacional en la cual toda la
población nacional (pensante, racional, democrática, sensible, mayoritaria)
debería de abrazar. Este punto explica la frase “Maneje cinco horas para votar
contra Keiko”. El aspirante de doctorado no manejó cinco horas para votar por
su candidato, lo cual hubiera sido muy loable,
manejó ese tiempo para votar en contra de un candidato y encima lo hace
notar en Facebook para obtener la simpatía del público pues cumplió con gran
esfuerzo lo que la técnica propagandística conminaba a la gente hacer.
7. De una
manera escandalosa todos los medios periodísticos (no vi o no recuerdo alguno
que hizo la contrario) apoyaron la candidatura de Kuczynski y denostaron contra
la candidatura de Keiko. La prensa se escudó en su actitud principista de
apoyar la democracia.
8.
Expresiones como “el rechazo de la población sobre el posible retorno
del Fujimorismo al poder” se aceptaron. Este título periodístico no tiene
lógica. Porque las expresiones de una masa de gente que llena una plaza o dos
no representa a “la población”, ni el grueso de la población. El Perú tiene más
de 30 millones de personas. No cien mil, ni un millón ni diez millones pueden
usarse para declarar que la población, a secas expresa una opinión mayoritaria.
Ante la declaración de Kuczynski que “lo más probable es que hijo de ratero es
ratero también” ningún analista político comentó. Y lo más grave fue que Pedro
Pablo Kuczynski calificó de “crueldad” enviar a los delincuentes a penales como
el de Challapalca en Puno y “desconectarlos” del país. Ante grueso error los
sesudos analistas guardaron silencio. Esa declaración debía de haberle costado
la presidencia a Kuczynski pero fue escabullida por la prensa y la candidata
Fujimori desaprovechó.
Quienes estuvieron detrás de estas irregularidades son
los mismos de siempre, los que hacen buenos negocios igualmente con dictadores
o con presidentes elegidos democráticamente.
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