Cuando me acuesto
“Sentí como si fuera primavera esta
mañana de febrero. En el patio los
pájaros cantaban tu plegaria. Aún recuerdo cosas que decías para hacerme sentir
bien. Hoy las llevo conmigo. Cuando me
acuesto a dormir yo rezo para que tú me abraces tiernamente. Aunque estoy lejos
de ti voy a susurrar tu nombre al cielo y voy a despertar feliz. Me pregunto
porque me siento tan alegre, aunque no supero la pena y la melancolía. Hasta
que dices mi nombre. Y tu voz suena como campanas de la iglesia o como el
silbato del tren en una noche de verano. Correré a encontrarte, descalza, casi
sin respirar. Aunque no es claro para mí porque cada estación cambia, como la
flor yo necesito la lluvia. No está cerca para mí aun pero te veré cuando el
sol salga otra vez”.
Sophie Hawkins creo esta canción en
1995, en memoria de su padre. Al principio la melodía y los primeros versos dan
la sensación que es una canción de cuna pero luego se revela su profundo
significado, la pérdida de un ser querido y la lucha por entenderla. En esta
lucha por encontrar razones de su perdida la autora parece insinuar un deseo de
encontrarse otra vez con él, después de que su vida aquí termine. Sabe que aún
es temprano por eso dice que no está
cerca (el momento, el tiempo, para ella) pero que lo verá cuando el sol salga
otra vez o cuando termine esta estación, esta vida; entendiendo que el sol se
pone cuando nacemos en la tierra pero sale cuando renacemos a una vida verdadera.
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