martes, 9 de mayo de 2017

El cerco cuartelario



Un estudiante que asistía a las clases de filosofía en la Facultad de Letras, en San marcos,  y en las borracheras, era Raúl. Raúl era de la provincia de Yauyos, de la sierra de Cañete. Parecía un poco parco en la clase de Sixto Garcia y como una tumba en la clase de Russo. Su mente era una maquinaria eficiente pero pesada, que demoraba en procesar los datos y las informaciones. Pero luego de tabularla en integrarla en su sistema, era una aplanadora que deseaba nivelar todas las ideas diferentes y discrepantes. Pero habia algo que no masticaba ni digería sino que lo tragaba entero, era el materialismo. Era una succionadora en la clase de Materialismo dialectico, Marxismo, De Kant a Hegel, Axiología, etc. Al revés, los demás conservábamos nuestra independencia ideológica y lo demostrábamos no llevando los libros rojos, que era una moda entre casi todos los estudiantes para manifestar su actitud progresista y no ser acusados de pequeño burgués. Esos libros eran fácil de adquirí pues tenía un precio “huevo”. Claro que en la contratapa aparecía la editorial, Academia de Ciencias de la URSS.
Solíamos tener discusiones en los pequeños cafés que se habían levantado a lo largo de las veredas que comunicaban las diferentes facultades de la universidad. En esos precarios ambientes de cartón y triplay, de sillas cojas y bancas y mesas oscurecidas por el uso despiadado, conversábamos de la mano de un café ralo de veinte centavos.
Y no discutíamos de las clases, ni de la ciencia, ni la filosofía, sino de la realidad del país. Ormeño, un líder en ciernes, con los codos en la mesa y sus dos manos sosteniendo su cabeza ciclópea, carraspeando un poco antes de hablar, lideraba la discusión.
-Compañeros, debemos de liderar el movimiento popular de cara a enfrentar al gobierno dictatorial de turno y reivindicar la lucha por la democracia popular.
Lucho solo escuchaba. Solo el Charapa se animaba a responder.
-Es cierto compañero, debemos de coadyuvar con las luchas populares. Pero la lucha es desigual porque el gobierno pone en juego todo su aparato represivo.
-Por eso compañeros debemos de formar un frente común, debemos de impulsar a que el FER lidere las luchas populares.
-Pero compañero –argumento el Charapa- los dirigentes más pierden el tiempo tratando de copar la dirección del FER entre patria roja y el PCR.
-Compañero, el movimiento popular tiene que ser correctamente liderado – Argumentó Ormeño.
En un momento mire afuera, y bajo el cielo gris y nublado, por las veredas del campo universitario, se deslizaban unos chinos, altos y desgarbados, con una expresión de tener una risa congelada en su rostro y todos vistiendo un traje plomo color grisáceo con cuello Nehru.
-Pero los compañeros de Patria Roja son bien dogmáticos igual que los del PCR, con ellos no hay discusión, quieren que el pueblo siga al pie de la letra el Manifiesto Comunista –Comento Lucho.
-Pero tampoco podemos aceptar propuestas reformistas como de los UEs-dijo el Charapa
-Compañeros, la lucha se da en todos los frentes y desde aquí debemos de presionar a las autoridades para que acepten las demandas estudiantiles – Ormeño.
-Compañeros –saltó Raul – no podemos quedarnos en prácticas reivindicacioncitas como UI, que lo que consigue es reforzar el sistema. Debemos de ejercer la violencia revolucionaria como única vía para solucionar los problemas del país, con la toma del poder.
Ormeño carraspeó más fuerte y haciendo gestos y  conteniéndose habló.
-Compañero, ese es el gran dilema que tiene la izquierda en su conjunto y que la ha perseguido desde tiempo, el saber y decidir si estamos listos para una insurgencia armada. Nosotros creemos que estamos en camino, pero que debemos de sumar fuerzas y ganar espacio e incluir más sectores a nuestro movimiento, como el campesinado e incluso al ejército.
Lucho y yo escuchábamos pensativos. Oímos que Ormeño hablaba de grupos, Bandera roja, Puka llacta o siglas. No sabíamos que predicaban esos grupos o quienes eran sus representantes, solo teníamos la idea de quien estaba en contra de quien, y quien luchaba para tomar el control del movimiento estudiantil. La mayoría de nosotros simpatizaba con el FER, ¿porque? Eran más amistosos, más abiertos, estaban más visibles y era el grupo más popular. Luchaban por mantener el precio del menú del comedor universitario, por la instalación de uno en la ciudad, luchaban porque se incrementaran los ómnibus, por las matriculas, etc.
Pero una dia, Choque líder del centro federado de letras no llevó a las inmediaciones de la ciudad, donde las autoridades de la universidad habían cavado una zanja para levantar un cerco perimétrico, “cerco cuartelario” le decía Choque. Allí, frente a los convocados amenazó que “cerco que fuera levantado, cerco que sería destruido”.
El tiempo pasó y en menos de un año, el cerco cuartelario fue completado. En los estudiantes cundió una desazón existencial.

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