La cumbre de mis expresiones amorosas
que las canciones de Bread escalaron conmigo fue “Aubrey”. Es una triste
canción, así se siente por la melodía y lo enfatiza la letra. Aubrey es el
nombre de una chica singular con un nombre que no es común. El protagonista
esta prendado de esta chica, sin saber porque ni cuando empezó. Pero sus sentimientos
amorosos no están correspondidos. Aubrey no lo rechaza, solo se desentiende. Y
él lo lamenta, lamenta que no haya surgido el amor entre ellos o si nació nunca
se dio cuenta. Y la extraña, intensamente, tanto que haría lo imposible para
estar con ella. A pesar que no la conocía, igual la llego a amar. Sin ella,
decide vivir lo mejor que puede, aunque sin la mejor chica.
Si las canciones de Bread comunicaban el
amor que sentía por Mabel, otro medio anunciaba la tragedia.
Una vez le envié a Mabel un poema
romántico y me comentó que le parecía muy bueno y terminó sus palabras
recomendándome que siguiera escribiendo poemas. Me gustó su comentario, pero yo
difería de que mis poemas tuvieran el valor que ella le daba. Yo no entendía
poesía, era enigmática para mí, casi nunca encontraba su mensaje escondido
enredado en palabras bellas y hermosas. Pero no sé cómo empezó a brotar versos
de mi mano que le dedicaba a Mabel.
Hay un
hombre que mira
por los
dos huecos de mi rostro
se esconde
en mi cuerpo en el día
sale en
las noches y te busca
porque tú
le has dado vida.
Ese hombre
que mira
por los
dos huecos de mi rostro
se adueñó
de mi corazón
de mi
razón y mi cordura
y me hace
decirte
que te
quiero con locura.
Le envié ese poema, pero no recibí
ningún comentario, no lo necesitaba ni lo esperaba, me sentía más que contento
de que al menos lo haya recibido.
Un día la fui a saludar por su
cumpleaños. Se demoró en bajar hasta que lo hizo, toda fresca y con el cabello
mojado.
-Me estaba bañando – me dijo
-¡Con este frio! – Le dije pues era
invierno. Sonrió.
Fue un buen motivo para enviarle otro
poema.
En mi vida
hay dos
fenómenos
que
cautivan mi atención
y
trastornan mi mente
Son entes
celestiales
que rompen
leyes naturales
y son tu
ser y tu quehacer
de cosas
insustanciales
Ellas se
tornan en un ritual
inofensivo
y fatal
hechas con
desenfado
tu cabello
mojado
tu carmín
tu peinado
tus
brazaletes
el color
de tus aretes
tus jeans
apretados
Son
objetos que me tienen
medio
tonto trastornado
y
completamente enamorado
Pero la fatalidad se iba acercando y sin
saber porque empecé a escribir tétricos poemas.
Como que
en el mundo
hay muerte
cuando el
cuerpo acaba
por
corromperse
como que
retorna
tu ser a
la gloria
cuando el
espíritu
vuelve a
su fuente
Así desde
que mis ojos
no te han
visto
las
últimas palabras
que mi
boca ha vertido
un eco al
infinito han sido
y juro que
siempre han de ser
¡Hasta
volvernos a ver!
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