viernes, 26 de agosto de 2022

¡Guíame Mabel! - L



Quisiera ver el mundo que viste con tus ojos, percibir qué sol alumbró el día que naciste, en que constelación se encontraba. ¿Era viernes o sábado? el rumor de la gente por las calles, ¿no hace eso una gran diferencia en los mercados?, el bullicio en las plazas, que música se escuchaba en la radio. ¿el otoño estuvo muy seco?

Entonces, me valí de el horóscopo del nacimiento. Solía levantar la carta de nacimiento mediante cálculos antiguos, ahora me fue fácil, busqué el programa en el internet y me dio tu mapa.

Fuiste una niña escuálida, seria, en modo de asustada. Pero tus ojos delataban una brizna de tristeza ascética, que revelaba que entendiste tempranamente que la vida trae dolor sin ni siquiera buscarlo y que no todo se puede conseguir, así lo deseáramos ardientemente. Esa sabiduría te lo brindo la conjunción Neptuno y Saturno, el tener conciencia de que no es posible ir contra el propio destino.

Ya joven, te diste la voluntad de reír, de tratar de ser feliz. Te volviste bonita y aunque te lo decían, no te lo creías. Fuiste frugal en tus excesos, deseaste lo ordinario, quiero decir, lo que es más fácil de alcanzar, pues aspirar lo mínimo te libro de no sufrir grandes desilusiones. Integraste en tu ser las normas morales que tus padres te dieron. Y adquiriste un aire de espiritualidad desde tus prácticas religiosas. Eso no te impidió acercarte a lo que llaman ciencias ocultas como la lectura de cartas, la de la mano. Te daba temo ese mundo oculto, pero más temor te daba la muerte. Eras inteligente y lista, era difícil engañarte y si lo hacían no lo podían hacer por mucho tiempo. Te gustaba ayudar a los demás y te conmovías por quien sufría. Talvez esa característica te trajo problemas sentimentales, por querer, más que por ser querida, tu que eras realista y práctica.

Tu vida debía ser larga. Entonces algo paso.

Hoy reviso tu carta de nacimiento, la cual estudié otra vez, antes de tu deceso. Y ahora puedo leer lo que no pude en ese momento. Algo me cegó, algo cubrió mis ojos. ¿Porque no lo pude ver? Yo que te animaba,

-Te vas a aliviar.

Y tú, que persistías en tu pesimismo, sabías más que yo.

Si, el sol en tu octava casa presagió una muerte por enfermedad, por infarto. Y peor con Marte en la misma casa, muerte en una operación.

¡Nada ni nadie en esta vida, en este mundo podía evitar tu lejanía!


 

jueves, 25 de agosto de 2022

Red Hot Chili Peppers - Under the bridge | Acustico | Sub Español


La canción fue grabada en 1991.

“Under the bridge” o Bajo el puente, significa el lugar donde generalmente viven los que no tienen casa, los pobres y abandonados de la sociedad, a donde han caído por muchas razonas, unas entendibles otras incomprensibles: pobreza, drogadicción, locura, enfermedad, perdida de trabajo, perdida de la familia, etc. 

Todas las ciudades del mundo, en poco o en muchos casos, están hechas para sufrir, para que la gente sufra, por necesidad, por carencias, por avaricia, por soledad. Te es difícil el creer que esto pueda ser verdad, pero la historia del origen de las ciudades te lo atestiguaran.


martes, 23 de agosto de 2022

¡Guíame Mabel! - XLIX


 

Desde los cinco o menos años de edad me he familiarizado con los difuntos. Mi madre me llevaba a los velorios y entierros de la familia, de tíos, padres, abuelos, compadres y familiares cercanos.

No era una experiencia sombría y funesta como podría parecer. Usualmente los mayores traían a sus hijos aun bebes a los velorios. Era divertido porque yo tenía ocasión de reunirme con primos que no frecuentaba. Así nos poníamos a jugar por los contornos de las casas, el jardín, el patio y dormitorios, pero lejos de la sala donde velaban al difunto. Cuando por alguna razón me acercaba al féretro lo hacía en silencio por el respeto que los mayores mostraban.

¿Qué significaba a esa edad el morir? Para mí era ya no ver más a esa persona, quien se iba a un lugar del cual ya no regresaba más, lo que no representaba mucho para mí. Cuando a los cinco años vi morir a mi hermano de dos meses de edad en los brazos de mi mama, no me entristeció tanto el saber que jamás lo volvería a ver.

Hasta que fui a un velorio de una comadre de mi mama. La casa quedaba “debajo del puente”, donde terminaba la avenida Tacna o Abancay, no recuerdo bien. Los velorios en esos tiempos se realizaban en la noche y se enterraba al difunto al día siguiente. No recuerdo tampoco si nos quedamos a dormir en ese velorio, pero sí que el día me la pasé jugando con unos niños que asistieron tambien. Al jugar nos daba hambre y solíamos comer las galletas de soda que repartían. Como la fuente de galletas estaba en el comedor cerca de la sala donde descansaba en el ataúd la comadre de mi mama, me acerqué justo cuando la hija de la difunta se aferró llorando al féretro y comenzó a lamentarse.

-¡Mamá! ¡perdóname! Por no decirte que te quiero. ¡Perdóname! siento mucho no haberte tratado bien.

La hija imploraba por el perdón de la madre. Esa escena me turbó. Me pregunté porque la hija esperó que se muriera su mamá para decirle que la quería. Me quede pasmado mirando una escena que no comprendía y desconocía la palabra que describía lo que estaba viendo.

Tuvieron que pasar más de sesenta años para entender qué cosa es sentir arrepentimiento por no decir lo que se debió decir en un momento y, habiendo tenido tantas ocasiones, se pierde esa oportunidad. Es que el tiempo pasa y ya no tienes a tu lado a la persona a quien debería dirigir tus sentimientos.

Solo cuando te perdí a ti entendí lo que es lamento.

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La vida no es


 

domingo, 14 de agosto de 2022

PERU ANDINO - Recuerdos de Calahuayo


Este huayno puneño es del compositor Miguel Angles, natural de la provincia de Mo, Puno, Perú. Fue grabada en 1962 por Julio Sancho y Los Kollavinos.

Fue una de las primeras canciones del folklore que aprendi. La letra, aunque sencilla expresaba un sentimiento que emanaba del enlazamiento de las necesidades fisicas del cuerpo, el comer, el beber, con el desden con que el corazon, a veces, desecha un afecto, sincero y vital.