martes, 6 de septiembre de 2022

¡Guíame Mabel! - LI


Estaba cómodamente sentado en una silla, en la sala donde se llevaba a cabo una reunión familiar. Seria las cinco o seis de la tarde, algunas personas se ponían a bailar. Luego, la música paró y noté que se acercó Katty, la hijita de Mabel. La niña traía de una mano su mama. De pronto, de una manera imprevista Katty me coge de una mano y con su insistencia infantil me hace que me pare. Me arrastra suavemente al centro de la habitación. Miré con atención a mi alrededor y percibí lo embarazoso de la situación. Katty me tenía de una mano, con la otra cogía la mano de Mabel. Entre los dos, Katty se balanceaba, nos miraba y se reía. Cuando levanté la vista, frente a nosotros estaba la mirada condescendiente de su esposo, entre serio, extrañado, confundido o entristecido. No atiné a nada pues hacer algo podría inferir cosas desagradables. Me sentí incomodo, no sabía qué hacer, si soltarme de la mano de Katy y sentarme o reírme del momento y seguirle el juego a la niña. Sin embargo, más me preocupaba que podrían pensar el esposo o las demás personas.

No recuerdo bien como termino ese episodio. Ya pasó mucho tiempo, pero aún me pregunto por qué actuó así Katty. Pienso que podría ser que la niña se sintiera cómoda y feliz no solo junto a su madre sino también alrededor mío. Lo extraño es que yo había visto a Katty cinco veces en sus seis años de vida, casi una vez cada año. No tendría ella la familiaridad necesaria para que sintiera tanta felicidad a lado mío, cosa que no había demostrado nunca antes. Otro pensamiento que cruzó mi cabeza es que Katty habría sentido una simpatía especial por mí que la empujo a compartir esa emoción con su mama; pero igual, no había pasado algún tiempo especial con Katty para que me haya elegido. La idea más descabellada que tuve es que Katty habría identificado un sentimiento especial de Mabel hacia mí y que para complacerla me invito a celebrar ese momento.

Dicen que cuando las almas encarnan en un nuevo cuerpo lo hacen olvidando sus vidas pasadas. Ese olvido sagrado se cierra y se completa alrededor de los seis años más o menos. Unos olvidan todo al poco tiempo de nacer, otros después de algunos años después, unos cuantos después de los seis y solo muy pocos logran retener su antigua vida y otras más. Estos últimos pueden recordar donde vivieron, quienes eran sus padres y hermanos y hasta como fallecieron. Algunos investigadores de estas materias pueden ayudar a retrotraer ciertos recuerdos de vidas pasadas a través de ciertas prácticas.

Entonces, pienso que Katty a sus seis años guardaba recuerdos de una existencia que compartimos en alguna vida anterior y quiso celebrarlo de esa única y ultima manera, antes de que Mabel se fuera.

En aquel momento Katty pudo leer mi corazón y el de Mabel y sintió que deberíamos estar juntos, enlazados. Katty seria el pequeño angelito que describe James Blunt en su canción “You’re beautiful”, (tú eres hermosa): There must be an angel with a smile on her face when she thought up that I should be with you …, (debe de haber un ángel con una sonrisa en su rostro que pensó que yo debería estar contigo …)


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