“Es la primera
vez, que te tengo tan cerca de mí, es como soñar despierto, no puedo ni
creerlo, estas junto a mí. Sé que aprenderé a quererte, aunque el tiempo
deje huellas en
mi piel, serás como mi primavera, serás la vida entera, una razón para vivir.
Déjate amar como solo lo puedo hacer yo, déjame estar un poco más dentro de ti.
Todo el amor que he guardado es para ti, te lo quiero dar, te lo voy a dar”.
Me desperté una
mañana con estrofas de esta canción escuchándose en mi mente. No sabía que
canción era ni quien la cantaba, aunque me pareció que era de Cheyenne. La
busqué en el internet por la letra y resultó ser de Guillermo Dávila y se
llamaba “Déjame amarte”. Nunca la había escuchado antes y al cantante solo lo
conocía por su canción “Solo pienso en ti”. ¿Cómo vino a mi mente? ¿Cómo se
puso allí cuando estaba soñando? y la
culpable solo pudo haber sido tú.
Ya lo habías
hecho antes, con una de las formas de comunicarse que tienen los espíritus. La
anterior fue “Tengo todo excepto a ti” de Luis Miguel con la cual amanecí a dos
meses desde que te fuiste. Nunca me había gustado Luis Miguel, me parecía
pretencioso y melómano; eso sí, interpretaba muy bien las canciones. Solo
recordaba “No culpes a la noche” y “La incondicional” todas ellas en los años
más famosos que tuvo, en los noventa. Apenas desperté escuché “Tengo todo
excepto a ti y el sabor de tu piel, bella como el sol de abril, que absurdo el
día que soñé que eras para mí. Tengo todo excepto a ti y la humedad de tu
cuerpo, tú me has hecho porque si, seguir las huellas de tu olor, loco por tu
amor”. Esos versos de la canción en mi mente era absolutamente insólito, era
como hablar chino o ruso sin saberlo. Claro que desconocía la canción y quería
saber porque se reprodujo dentro de mí. Al principio pensé que
inconscientemente la guardé en mi memoria en un tiempo en que la escuché y que
por algún motivo la recordé en mi sueño. Me dije que eso podía ser. Pero me dio
en pensar que podría haber otra razón. Fui a visitar a tu hermana y allí
encontré a tu hija. Hablando casualmente le pregunté cuál era tu cantante
preferido. Me dijo que tenías varios, como Cheyenne, Luis Miguel, Guillermo
Dávila y Juan Gabriel. Entonces empecé a tararear “tengo todo excepto a ti …̏
-¡Esa, esa era
su canción favorita!
Es un consuelo
saber que yo te importo, que irrumpes en mis sueños y te apoderas de ellos. Es
fascinante estar en contacto con un ser de otra dimensión, estar atado a ti con
una cuerda invisible pero mágica, que no se puede romper, que se estira a donde
vaya yo.
Si, estás cerca
pero no será por mucho tiempo. Deberías haberte ido ya, no sé si yo te retengo
o por un privilegio especial has alargado tu tránsito.
Bien para mí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario