domingo, 25 de abril de 2021

Zhuravli - Cranes - La grullas



En estos días de otoño en que miles de grullas llegan a nuestro país procedentes del norte de Europa recordamos a  Sadako Sasaki, la niña japonesa que quiso crear mil grullas de papel, con la esperanza de que, si lo conseguía, los dioses le concedieran el deseo de curarse de la leucemia provocada por  las radiaciones de la bomba atómica lanzada  sobre Hiroshima.  Sadako murió el 25 de octubre de 1955, a los doce años, pero se convirtió en un símbolo para el mundo.

Cuando el poeta daguestano Rasul Gamzatov visitó en el parque de la Paz de Hirohima el monumento levantado en memoria de Sadako y de todos los niños muertos por la explosión de las bombas atómicas, quedó impresionado por la historia de Sadako.

De vuelta a su país, la memoria de Sadako y sus mil grullas, convertidas en símbolo de las víctimas de la guerra, unida al recuerdo de su madre muerta, al de su hermano mayor caído en combate y al de otras personas fallecidas durante la Segunda Guerra Mundial, le inspiró el poema titulado "Grullas", escrito en ávaro, lengua materna del poeta. En 1968 el poema, traducido al ruso por  Naum Grebnev, fue publicado en la revista New World. El cantante Mark Bernes quiso convertirlo en canción, para ello introdujo algunos cambios en el texto de Gamzatov y pidió a Jan Frenkel que compusiera la música.  Mark Bernes, muy enfermo ya, grabó en 1969 la canción que, convertida en homenaje a los soldados soviéticos caídos en la lucha contra el nazismo, alcanzó enorme popularidad en la URSS.

Sirva pues la canción de Gamzatov como homenaje a Sadako Sasaki en el 65 aniversario de su muerte. Pero el mejor homenaje, sin duda, es que ayer, día 24, el Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, promovido por ICAN (Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares) alcanzó las cincuenta ratificaciones necesarias para su entrada en vigor.

Rasul Gamzatov, el autor del poema, nació en 1923 en Tsada Avar, república rusa de Daguestán, en el noreste del Cáucaso, y falleció en Moscú en 2003. Su primer maestro en el arte de la poesía fue su padre, poeta popular daguestano (o daguestaní). Tras estudiar magisterio en la ciudad de Buynaksk, regresó a su aldea en 1940 para dar clases, trabajó también como periodista y como ayudante de dirección teatral. De 1945 a 1950 estudió en el Instituto de Literatura Maxim Gorki, de Moscú, y en 1947 publicó su primer poemario,  Amor inspirado y ardiente ira, escrito en ruso. A este seguirán más de veinte libros de poesía compuestos tanto en ruso como en ávaro. Entre ellos, destaca En la montaña está mi corazón (1958). Otra de sus obras más conocidas es Mi Daguestán (1968). Fue también traductor y ocupó distintos cargos políticos. Viajó por Europa, Asia y América. Figura muy popular, gozó de enorme reconocimiento: presidió la Unión de Escritores de Daguestán hasta su fallecimiento, fue galardonado con el Premio Lenin y honrado con el título de Poeta Popular de Daguestán. Coincidiendo con el cumpleaños del autor, el 8 de septiembre, desde 1986 se celebra el Festival de las Grullas Blancas en la República de Daguestán.



Las grullas - version de Mark Bernes.

Me parece a veces que los soldados caídos

quienes yacen en los campos ensangrentados

no fueron enterrados en la tierra para ser olvidados

sino que se convirtieron en grullas blancas

A partir de ese momento,

desde que sus destinos se convirtieran en féretros

se remontaron al cielo y nos lanzaron un grito estridente

¿no es por eso que lamentablemente y con tanta frecuencia

alzamos nuestra mirada silenciosa cuando las grullas pasan?

Y en la formación del vuelo de las grullas,

 noto un puesto, un espacio vacío para mi

para cuando me vaya.

Algún día, en esa formación estaré volando

volaré a los cielos en mi renacimiento

Y desde el cielo con el trompeteo de grulla

estaré llorando por todos ustedes que deje en la tierra



Comentario.

¿Por qué van los soldados a la guerra?

Van porque los mandan. Seguramente no quieren ir, pero tienen que hacerlo.

¿Temen morir?

Claro que tienen miedo, pero tienen una idea que los protegen de ese miedo.

¿Cómo enfrentan los soldados el miedo a la muerte?

El soldado no piensa que va a morir, aunque sabe que alguien va a morir. Pero piensa que el que va a morir es el compañero que está a su lado, el que está al frente o detrás de él. La muerte es una sorpresa para el soldado. Las balas silban a su alrededor, los obuses estallan causando compañeros que mueren destrozados, pero el avanza pensándose protegido, porque es el héroe de la novela de su vida, hasta que un proyectil lo alcanza. Entonces, entiende resignado que andaba protegido por la suerte, pero que a la vez jugaba una lotería funesta que le tocó ganar.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario